cierto que no podian haberse fjado mis amigos en persona menos preparada para el arduo empeño. Nunca, hasta ahora, babia yo estudiado á Shakespeare como critico; pues, aunque machas veces consulté sus obrás, siempre mis estudios sobre ellas luvieron un interés puramente filológico, y jamás me habla ocurrido penetrar en lo inmenso é intrincado de la moderna literatura Shakesperiana, cuyo examen requiere, en primer lugar, vocacióa,, y después facilidades y tiempo para consagrar á su estudio toda una vida de inteligeneia y laboriosidad.
Ni vocacion, ni tiempo, ni fuerzas tengo para el trabajo que se me pide. Y, sin embargo, lo emprendo, aun en la, seguridad de Bo salir airoso; ique el hader cuanto bueramente pueda dar de si una voluntad constantemente obligada, es tarea à que no puede negarse mi amistad de toda la vida!
Y ¡ojalá que mi buen deseo no se estrelle contra las di. Acultades de la obra; aunque reducidas á ordenar lo que ilustres comentadores haa dejado esparcido en monumentos de erudicion que pasma, de laboriosidad que asusta, y de critica filosófica que, por lo profunda, maravilla!
Originalidad en esle arreglo no es posible; y asf, mis aspiraciones se reducen á escoger y entresacar de entre tanto bueno, aquello más notabie de lo mucho que me ha sido dable hojear precipitadamente, y á no decir del todo mal lo que eminentes autores hạn dejado cxpuesle y expresado soberanamente bisu.