La forma general de la corola por lo común es irregular, siendo los dos petalos interiores menores é iguales entre si; mayores los tres exteriores, de los quales los dos laterales son iguales ó casi iguales entre si y el intermedio mayor que ellos; mas hay otros generos como el Danaa, Bupleurum, &c. que tienen la corola regular. Esta nota seria muy preciosa sino hubiese generos en cuyas especies va pasando por grados de la forma irregular á la regular, como en el Pimpinella, Heracleum, y otros; y no pocos que tienen las flores regulares en el centro de la umbelilla ó parasolillo, é irregulares en los radios de la periferia, según se observa en dichos dos géeneros, en el Caucalis, Torilis, y otros varios. Por eso es necesario valerse de ella con mucha circunspeccion: y opino que bajo este aspecto convendra no usar en los caracteres genericos mas términos que los de corolla regularis, y irregularis, suprimiendo los de corolla flosculosa, radiata, radians, subradiata y subradians usados hasta aqui en las umbeladas, aunque consagrados primitivamente para espresar las diferencias de las flores compuestas y agregadas: y convendra también suprimir aqui los términos aequalis, subaequalis, é inaequalis, pues que son bastantes los dos arriba indicados.
Mucho mas importantes que la regularidad ó irregularidad son las notas deducidas de la dirección de los petalos. Estan derechos en el Astrantia, Eryngium y otros varios generos, derechos y convergentes por arriba formando como una cupula en el Danaa, y Cnidium de Cusson, y creo que tambien en el Tragium: mas ó menos abiertos ó divergentes, cuyos grados todos comprendo bajo del solo termino patens, como en la tribu de las Hydrocotylineas, Physospermum, Caucalis y otros muchos; y aun perfectamente horizontales, en el Ligusticum nodiflorum de Sprengel, del qual ha formado Koch su genero Trochiscanthes: arqueados en el Ferula, Thapsia y algunos otros; pero estos mismos encorvandose mas mirando acia el centro de la flor suelen enrollarse desde el apice acia la base para formar la figura que en latin espresamos con la voz involuta (petala), y en castellano enroscados, enrrollados ó envueltos, advirtiendo que en mi concepto estas dos modificaciones no son sino grados de una misma, y pueden por consiguiente existir en un mismo genero.
Los petalos de las aparasoladas suelen angostarse de repente en el apice y prolongarse en una especie de apen-