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ANTIGUO CAMPO DE BATALLA DE SAN BARTOLO.

llegar a la otra orilla, y los barcos comenzaron a hacerse cargo. Salimos a la caída de la noche a La Calera, tres leguas más adelante, y caminamos a lo largo del pesado camino a buena velocidad, por las pequeñas buenas mulas proporcionadas por Don Ignacio. Hasta este punto el país, excepto por las montañas densamente arboladas en el fondo, se podría haber tomado por la zona de Bayou Teche en Luisiana, aunque la vegetación es más abundante, y los suelos más ricos y suaves—una buena tierra para el cultivo. Ahora, hemos cruzado el; Llano de San Bartolo, un país más abierto, con ocasionales pueblos de indios. En esta llanura, los españoles fueron derrotados con grandes pérdidas, y empujados a sus naves, en el de tiempo de la conquista por Cortez; pero una segunda batalla resultó en su favor, y el poder indio en Colima se perdió para siempre. Pasamos a la luz de la Luna por una inmensa hacienda, con paredes de piedra sólida en todos los lados, ahora parcialmente desierta, llegamos a La Calera a las 10 en punto, y fuimos calurosamente bienvenidos.

Cuando nos levantamos al amanecer el domingo y salimos a la terraza amplia, que rodea la gran Casa en la hacienda de Don Juan Fermín Huarte, la escena ante nosotros fue fascinantemente hermosa. La finca ocupa un amplio valle, a través del cual corre un río pequeño, y está rodeado por todos lados por montañas tan altas como la de los picos más altos en la Costa de California. Estas montañas están cubiertas de base hasta la Cumbre con arboles bajos, tan tupidos como pueden estar en el suelo, y todos cubiertos con un follaje de color verde brillante, excepto donde hay la hermosa primavera, que tiene grandes cargas de blanco, rojo, rosado, y flores azules, le da variedad a la Escena. Esta madera esta toda torcida, y principalmente sin valor para propósitos de construcción, aunque la