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LX
PRÓLOGO.

pagano Bion falta algun tanto á la decencia y al decoro. Habiendo gozado últimamente de varios meses de ocio y de quietud, he podido entregarme en la soledad de estas montañas á mis estudios favoritos, y he llamado á la memoria y consignado al papel mi antigua version. Está hecha sobre la edicion griega de Lóndres de 1728, aunque en algunos puntos me aparto de la lectura comun. Consulté tambien en Roma un hermosísimo ejemplar de la Biblioteca Casanatense, de que trascribí varios pasajes que me han servido mucho. He comparado asimismo mi version con la que en hexámetros latinos hizo el Conde Bernardo Zamagna, y con la italiana de Luigi Buchetti. Naturalmente, mi memoria no habia conservado todas y cada una de las palabras de mi primitiva version; algunos pasajes no me agradaron al retocarlos ahora de nuevo; muchos trozos, pues, y áun Idilios enteros, están completamente refundidos, siendo la cuarta traduccion de muchos de ellos la que ofrezco al público. No ha faltado, pues, diligencia, y los defectos de que adolece mi version no deben atribuirse más que á carencia de genio poético. Como no aspiro á adquirir gloria, tampoco temo la crítica, por severa y desfavorable que sea.

»Al dar å luz esta traduccion métrica de los ldilios de Bion de Esmirna, lo que me mueve es el deseo de promover en la juventud mejicana el estudio del incomparable idioma griego, é inspirar aficion á su riquísima literatura. Algunos espíritus demasiado austeros juzgarán que mejor hubiera podido hacerlo con una traduccion ó un análisis de alguna homilía del Crisóstomo. Pero, sea dicho con perdon del Abate Gaume y de los admiradores de sus utopias, me atengo más á la experiencia de todos los siglos que nos han precedido, al ejemplo de personajes célebres por su piedad no ménos que por sus letras, y á las doctrinas contenidas en una carta reciente del Cardenal Vicario de Roma. Presentad á un jóven, no digo una homilía de un Santo Padre, sino una arenga de Demóstenes, y léjos de aficionarse á en los principios, arrojará gramáticas y diccionarios, y correrá en busca de una novela de Eugenio Sue. No así dándole desde luégo estudio árido y difícil y suaves manjares que requiere