Porque hay que ser hombre, cede a las instancias
de los allegados, que fingen el gesto
de cansancio propio de las circunstancias:
— Paciencia, por algo Dios lo habrá dispuesto!
La forma expresiva de las condolencias
narra lo sincero de las aflicciones,
que « recien » en estas duras emergencias
se aprecian las pocas buenas relaciones.
Entre los amigos que han ido a excusarse
uno que otro padre de familia pasa
a cumplir, sintiendo no poder quedarse:
— ... ellos también tienen enfermos en casa!
Encuentran el golpe realmente sensible
aunque irreparable, saben que sus puestos
están allí, pero... les es imposible
al fin crían hijos y se hallan expuestos...
Como habla del duelo todo el conventillo
vienen comentarios desde la cocina,
mientras el teclado del ronco organillo,
más ronco y más grave solloza en la esquina.
Las muchas vecinas que desde temprano
fueron a brindarse, siempre cumplidoras,
están asombradas... ¡El era bien sano,
y en tan corto tiempo: cuarenta y ocho horas!
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Poemas Póstumos.