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Página:Poesías de Garcilaso de la Vega (1919).pdf/165

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y a las ondas habló desta manera
(mas nunca fué la voz dellas oída):
"Ondas, pues no os excusa que yo muera,
dejadme allá llegar, y a la tornada
vuestro furor ejecutá en mi vida."

XXX

Sospechas, que en mi triste fantasía
puestas, hacéis la guerra a mi sentido,
volviendo y revolviendo el afligido
pecho, con dura mano, noche y día;
ya se acabó la resistencia mía
y la fuerza del alma; ya rendido
vencer de vos me dejo, arrepentido
de haberos contrastado en tal porfía.
Llevadme a aquel lugar tan espantable,
do por no ver mi muerte allí esculpida,
cerrados hasta aquí tuve los ojos.
Las armas pongo ya, que concedida
no es tan larga defensa al miserable;
colgad en vuestro carro mis despojos.

XXXI

Dentro en mi alma fué de mí engendrado
un dulce amor, y de mi sentimiento
tan aprobado fué su nacimiento
como de un solo hijo deseado;
mas luego dél nació quien ha estragado
del todo el amoroso pensamiento;