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Que á la luz del crepúsculo salian De sus grutas azules, Y en torno del titan encadenado Los húmedos cabellos sacudian.
"No duermas Prometeo"
Al pasar, á su oído murmuraban,
Desatando en su alma
Las ansias infinitas del deseo.
"No duermas! que el Olimpo se estremece
Con inquietud estraña,
Y truenan los abismos,
Como truena el volcan en la montaña"!
Prometeo velaba,
Fijo el ojo en las lóbregas esferas
Que como enormes olas palpitaban,
Y atento al ruido sordo
Que las brisas del valle le traían,
El ruido de las razas que hormigueaban
Del Cáucaso en las negras madrigueras.