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38 Biblioteca de los Americanistas.

humos aromáticos, cada día lastimosamente los encontraba yo en aquellos montes, y me ha parecido no pasar esto en silencio, para que los ministros y jueces tengan más cuidado con ellos, y Dios Nuestro Señor no sea tan gravemente ofendido.

Podemos considerar que los sacrificios, que hacían los indios de este Reino, eran en dos distintas formas: la una general, á que todos corriendo daban autoridad al sacrificio; convocándose y trayéndose los primeros y más principales señores de un reino á otro, estando en amistad, porque con eso estos reyes arrastraban tras sí á todos los ahaguaes y demás del pueblo. Pero esto era para las fiestas más principales, ó públicas rogativas. El sacrificio que se hacía era de aves las más excelentes, ó por apetitosas al gusto ó por hermosas, ó por escogidas y señaladas en canto, y no menos eran ofrecidos al culto los conejos, ciervos, tepesquintes, y aves aguatiles, como pexijes, patos y otras; no reservando para ello el copal, sosten, blande, bálsamos y otras cortezas y gomas aromáticas, flores varias y fragantes, de que se logra crecida copia. Y pasaban á la cruel barbaridad de sacarse la propia sangre de las narices, orejas, brazos y piernas, para sacrificarla; y para ello se preparaban con penitencia pública y general ayuno, intimando al pueblo por los sacerdotes de sus ídolos, llamados ahquies; cuyos preceptos y documentos eran de tal vigor y fortaleza, que no había en ellos transgresión ni conmutación aun para los más ancianos y enfermos, porque con sus embustes de encantos los tenían tan embelesados y á raya, que no había alguno que no los temiese y venerase.

Formábase, para estos infames y torpes sacrificios, una larguísima y grave procesión, que con acompasada pausa y dilatado movimiento (en que consistía su mayor gravedad) se encaminaba al sitio del sacrificadero, llevando en hombros al abominable ídolo los más autorizados personajes y ahaguaes de las repúblicas. Esto era en los sacrificios universales, que en la otra manera, que nos falta que proponer, que eran particulares, á devoción de algún ahau no se gas-