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124 Biblioteca de los Americanistas.

conquistado este país, que es á la costa del Sur, resurtió y encaminó la marcha de su ejército contra los de Atitlán, que son los Sotojiles: cuya perseverante resistencia costó muchas horas, y días de combate á nuestros españoles, no siendo esta, como se verá á su tiempo y en su lugar, en la Segunda parte, la menos difícil y peligrosa conquista que consiguió nuestro ejército ayudado del poderoso brazo de Dios.

Pero en medio de que la tierra no estaba segura, y mucha parte de ella por conquistar, preciándose D. Pedro tanto de buen soldado como de correspondido y buen político, le ofreció el tiempo nueva y importante ocasión en que emplearse; porque teniendo noticia de que D. Fernando Cortés se hallaba en la provincia de Honduras, donde á la ocasión estaban por capitanes de las conquistas de aquella provincia y de la de Higueras Luis Marín y Bernal Díaz del Castillo,[1] partió D. Pedro de Goathemala, acompañado de muchos caballeros y de buenos soldados, en busca de su grande y fiel amigo; y caminando á largas jornadas, no sin peligro de indios, llegó al pueblo de Malalacá, de la provincia de la Choluteca, donde encontró con Luis Marín y con Bernal Díaz del Castillo y su gente, y con la relación que le hicieron de haber pasado á México D. Fernando Cortés, embarcándose por la parte del Norte. Tuvo D. Pedro gusto por el malo y trabajoso camino de que Cortés se excusaba, y en esta ocasión comenzaron los disturbios y sinsabores de Pedro Arias de Avila; porque estando el Adelantado don Pedro en la Chuluteca, aportaron á aquel país dos capitanes de los de Pedro Arias, cuyos apellidos eran en el uno el de Garabito, y en el otro Campaño, que decían venir á descubrir nuevas tierras y partir términos con el Adelantado de Goathemala; y para esto envió D. Pedro un confidente suyo, que era Gaspar Arias, que después fué Alcalde ordinario de Goathemala, á que se viese sobre esta materia con Pedro Arias de Avila. Y dejando en este estado las cosas de Pe-

  1. Bernal Díaz, cap. CCX, fol. 235 del original borrador.