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Página:Recordacion Florida Tomo II.pdf/112

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Recordación Florida. 101

cajón y tajo del Río Grande, donde fueron los lavaderos ricos de oro de Ayampug, como ya se dijo en lo tocante al Valle de las Vacas, cuyas guías y muestras minerales pudieran divertir y entretener con esperanzas a los paisanos; mas ellos cuerdos y asegurados en lo fértil y experimentado de la tierra, dejan los resplandores de las guijas por el cultivo de la tierra que les fructifica colmados y excelentes frutos.

Descúbrense en la tierra alta deste valle muchos crestones, que levantándose de la tierra sobre guija negra de sólida materia, trae como unos sobrepuestos de finísimo y transparente cristal, que no siendo de lo que llamamos cristal de roca se distingue dél en que éste que se halla en Jilotepeques viene en lajuelas mas corpulentas que el canto de un real de á ocho; por cuya razón, no habiendo quien sepa separarlas y dividirlas, no se aprovechan aquellas hojas, aunque de sus fragmentos pudieran labrarse muchas curiosidades si hubiera lapidarios y aplicación para estas y otras piedras exquisitas y preciosas de que se dará noticia en la Segunda y Tercera parte. Hállase mucho desta especie de cristal en las labores de los menores hijos de D. José del Castillo, mis deudos, como también en este país de Jilotepeques, hacia la parte por donde confina con Sacattepeques y provincia de Verapaz, mucha piedra de talco, que sirve para bastidores de los balcones á falta de vidrios, y para muchos cortados curiosos, linternas y otras muchas cosas.

Y aunque en este territorio hay labranzas considerables de trigo de generosa y noble calidad de grano, todo lo más de aquel país fecundo y provechoso está ocupado y continamente poblado de estancias de ganado mayor; aunque no abundantes ni crecidas, sino al modo y estilo de rejegueros de á trescientas y cuatrocientas cabezas y en que, por sus copiosos esquilmos, interesan y acaudalan los dueños muy provechosas utilidades. Pero no es menos reparable lo que se ve entre los indios de grande numerosidad de trapichuelos de cañas de azúcar, que aunque cada uno no llega á lo que pueden ocupar y rendir cuatro suertes de