sacristías que han erigido á todo esmero de sus afanes y santo celo. Sólo es necesario decir que el Lacandón es pertenencia y confín de la administración Mercenaria, y que está hoy por sacarse de esta provincia el primer indio, y el Chol es misión de Santo Domingo, de donde se pudo haber informado que eran los caciques, que se está de la propia manera que la hallaron los conquistadores; aunque estos Padres Dominicanos han hecho repetidas entradas de cincuenta años á esta parte. Pero habiéndose propuesto por el capitán Bartolomé Becerra, regidor de esta ciudad, en el congreso de el día 9 de Julio de 1544 años,[1] el gran escándalo y descrédito del Cabildo, conquistadores y vecinos desta ciudad que se seguía en su perjuicio por el informe hecho á S. M. por los Padres Fr. Bartolomé de las Casas y Fr. Pedro de Angulo, y que se recibiese información de lo contrario; á el tiempo mismo de esta propuesta se introdujo en el Cabildo una petición de Fr. Pedro de Angulo, haciendo demostración de los privilegios de los caciques, que uno de ellos era concedérseles en repartimiento los indios de este valle de Goathemala y el blasón ó blasones de armas, que se mandaron recoger á el archivo, para que los reconociese la Audiencia Real de los Confines, después pasada á Goathemala por el año de 1567. Por haberse ganado con siniestro informe quedaron consumidos y sin uso; pero otras cédulas de los años de 1543 y 1547, que son de agradecimiento, y para que se reduzcan los indios de aquella provincia de Verapaz a poblazón unida y sociable, y hablan con estos caciques, paran originales en el archivo del convento de Santo Domingo de esta ciudad y no se extienden á más: de cuyos principios y movimientos se discurre tuvo motivo lo mal que contra los conquistadores escribe en la Verdadera y breve destruición de las Indias el Obispo Casas.
Y porque no quede sin decir una singular, extraña y rara propiedad que se admira y repara en esta nación de los in-
- ↑ Libro III de Cabildo, fol. 85.