tida y poblada de abundantes y jugosos pastos, porque en ella se apasta el ganado (de cuya crianza carece este país) cuyo temperamento y pastaje fuera maravillosamente adecuado para las crianzas de menor ganado, por ser la campiña y territorio sumamente limpio y libre de nocivas hierbas, como son la saetilla y la hierba mala; que es una planta que crece y se levanta á la estatura y porte de una higuera: sus hojas son redondas y anchas y de verdor desmayado y pálido, y todo el pie dellas de color funesta y oscuramente rojo. Deste árbol, quebradas sus ramas, de naturaleza vidriosa, expelen y arrojan de sí un humor abundante á manera de la materia y podre de apostema del cuerpo humano; cuya calidad y propia naturaleza, á manera de activo cáustico vejemente y instantáneo abrasa y ampolla toda la parte que moja del hombre ó animal que sobre si la recibe, y es su reparo y eficaz remedio cubrir de tierra la parte danificada y lesa con esta leche; y es tan nociva, perjudicial y venenosa su naturaleza, que cualquiera animal que la guste revienta con ella, sin que se haya hallado remedio contra la actividad de su veneno; excepto que á las cabras no sólo no les hace molestia, mas les es tan propicia y saludable que cuando la comen y se apastan con ella, vuelven con las ubres más llenas y ellas más regocijadas y satisfechas. No la he visto en otra parte que en los contornos de Goathemala, donde se cría y produce abundante á distancia de una larga y crecida legua en torno, de donde le dieron los indios el pronombre de Coctecmalán, que es palo de leche. Corre común y general opinión entre los arrieros deste Reino, y que conocen la hierba mala, una opinión bien notable y que la he oído á algunas personas de España bien capaces que la han experimentado y son tratantes en mulas; y es afirmar, que sólo daña y mata las bestias del trajín que la comen estando solas en el campo, sin recogedor que las cuide, porque no viéndosela comer mueren con ella, y estándola mirando alguna persona mientras la comen, no reciben daño ni leve perjuicio con su alimento. Séase esto producido como maligno efecto de la superstición, ó sea
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