Hernan Cortés, á pesar de la formidable conjuración dispuesta para acabar con todos los españoles y sus auxiliares indios. De sus naturales, como de los de Tlaxcala y Cempoala, se hallaron muchos guerreros en las conquistas sucesivas: más de 200 de ellos siguieron á Alvarado y fueron pobladores de Guatemala la Vieja.
Cholulecos, págs. 45, 66, I.—Los naturales de Cholula. Unos doscientos de aquellos indios fueron con Alvarado á la conquista de Guatemala armados de arcos y saetas, y avecindados en la primitiva ciudad del valle de Atmolonga continuaron viviendo allí, aun después de la inundación de setiembre de 1541 y de trasladarse la capital al valle de Panchoy.
Choluteca, págs. 124, 186, I.—Villa del partido de Tegucigalpa en la provincia de Honduras, llamada por los españoles Jerez de la Frontera y por los indios Choluteca y Malalaco, fundada de orden de Alvarado por D. Cristóbal de la Cueva, natural de Jerez de la Frontera en España. En esa provincia, una de las quince del antiguo reino de Guatemala, encontró Alvarado á los españoles capitaneados por Luis Marín y Bernal Diaz del Castillo cuando desde Guatemala se dirigía á Honduras en 1524, para visitar á Hernán Cortés, y el propio Alvarado tropezó en otra ocasión con los capitanes de Pedrarias Dávila que iban á partir términos con la gobernación de su caudillo.
Chorrera (Río de la), pág. 26, II.—Llamado así uno que se desliza por la parte oriental del valle de las Vacas, cuyas aguas, de naturaleza excelente y delgada, convierten cualquier madera ó raíz sumergida en ellas en verdadera piedra lustrosa y colorada de pardo y blanco. A esas petrificaciones se las llamó Palo piedra.
Chorrillo, pág 157, I.—Arroyo inmediato á la ciudad vieja de Guatemala, del que dispuso D. Pedro de Alvarado, y así se acordó en Cabildo de 15 de mayo de 1540, que se surtiese de aguas la capital por medio de atarjeas. Para facilitar la ejecución de las obras ofreció Alvarado los in-