mienda, y en tanto aprestó una armada de trece navíos en el puerto de Acaxutla para hacer la expedición á las Molucas. Notificado su viaje al Cabildo en 19 de mayo de 1540 y el nombramiento de su cuñado y yerno D. Francisco de la Cueva para que le sustituyese en el mando, salió de Guatemala el 25 del mismo mes, y á los principios de junio se hizo á la vela, llevándose á los reyes Sinacam y Sequechul, que hacía catorce años tenía presos, para que no pudieran ser bandera de rebelión en las tierras que habían regido. Desembarcó en el puerto de la Purificación, de la provincia de Xalisco, en la Nueva España; pasó de allí al pueblo de Chiribito, en Mechoacán, encomendado á Juan de Alvarado, para conferenciar con el virrey don Antonio de Mendoza, que quería tomar parte en aquella empresa; juntos fueron á ver la armada, que se trasladó al puerto de Navidad, y juntos pasaron á Mexico á concertar las capitulaciones, y convenido en que la expedición la mandarían por parte de Alvarado su sobrino Juan, y Villalobos por el Virrey, fué D. Pedro á la Navidad para disponer los últimos detalles.
Estando allí recibió una carta de Cristóbal de Oñate, en que le noticiaba el aprieto en que le tenían los indios de los peñoles de Nochistlán; fué allá Alvarado con su gente, y el 24 de junio de 1541, estando en un repecho disponiendo una acometida á los indios, se desprendió desde la altura el caballo del soldado sevillano Baltasar de Montoya, y arrollando á Alvarado, le hizo descender largo trecho, magullándole de tal suerte, que once días después, el 5 de julio, murió en la villa de la Purificación, donde fué enterrado; trasladándose luego los restos al pueblo de Chiribito por su deudo Juan Alvarado, y más tarde á la ciudad de Guatemala por encargo de su hija D.ª Leonor de Alvarado Xicotencatl, esposa de D. Francisco de la Cueva.
Con la muerte de Alvarado se malogró la empresa; desaparecieron los reyes Sinacam y Sequechul, de quienes no se volvió á saber, y quedó la gobernación de Gua-