De la conquista y toma del pueblo de Mixco y sus anexos, su administración y otras cosas de aquel país.
Aunque en lo antecedente damos por asentado la braveza y indómita ferocidad de las condiciones de los indios naturales del pueblo de Mixco, en cuanto á la natural defensa suya á el tiempo de la conquista, es cierto que usaron del esfuerzo y del manejo de las armas con ardimiento y furor propio de la inconsideración y poco arte militar con que siempre acometía esta nación á las empresas y ocasiones de su propia defensa, en que dieron que hacer y trabajar á nuestros conquistadores sobre su rendimiento; porque, á el fallecimiento y flaqueza de sus fuerzas, usaban del ardid y cautela de su retirada, valiéndose para hacerla á tiempo oportuno y conveniente de vigilantísimas y astutas centinelas que avisaban por medio de las cornetas y flautas de cualquiera marcha ó movimiento de nuestros españoles, dejando burladas y sin efecto militar nuestras armas; gastando en esto mucha prevención militar, y el adelantado D. Pedro de Alvarado y sus capitanes muchas horas de consejo y mucho tiempo de marchas sordas y emboscadas previas y anticipadas por los bosques y selvas, por donde presumían los nuestros podían hacer sus marchas y retiradas los indios;
tomo ii.