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Recordación Florida. 65

limpias, rápidas y atropelladas corrientes, cuya etimología de la lengua y idioma Achi, traducida a la lengua nuestra, corresponde legítimamente á agua de achiote; de cuxa, que significa achiote, y ya, que es agua; aplicándole la propiedad deste pronombre por el motivo de que este río en el invierno corre con apariencia y tinturas de achiote, ocasionado de los derrumbos y robaderos que hace en ciertos berjemales de naturaleza de barro, y queda colorada, de donde quedan las aguas con color de roja calidad y semblante de encendida agua de achiote; y todos estos juntos y congregados en el Río Grande corren precipitados y rápidos á lo más bajo y caído de la tierra hacia Cazabastlan, á entrar y morir entre Punta de Higueras y Cabo de tres Puntas, con nombre del río de Omoa, cerca del Golfo dulce.

Abunda la copiosa congregación y abundante y provechosa junta de tantas saludables y útiles aguas, de regalada, crecida y entretenida pesca de diversos gustosos y ligeros peces, que á fuerza de venenosos y mortíferos barbascos, se logran en abundancia; aunque es cierto que estos géneros de raíces ó de amole, fortalecidas y criadas con naturaleza de tósigo y mezcladas para mayor actividad y potencia con la fortaleza y cáustico de cal viva, los hace menos provechosos y antes nocivos y de acre nutrimento á la salud humana, y más siendo por su propia naturaleza todo este peje de delicada complexión, y muy entreverados en lo craso y jugoso de las enjundias, que pasan y se arriman hasta los cueros. Y este género de pesca con barbasco es por no rendirse ni picar al anzuelo, ni poder haber estos peces con atarraya ni fisga, á causa de su viveza y satírico y violento modo de girarse en las aguas; y así, con esta industria de los barbascos, se provee á esta corte de Goathemala de bobos, tepemechines, mojarras, anguilas y espinosos, que cualquiera especie de ellos es apetecida y solicitada por regalo del más picante y goloso apetito; no siendo, aunque abundante, de ínfimo y abatido precio, pues hay bobo que llega su tasa á veinte y veinticuatro reales, bajando los más pequeños á tres y cuatro reales: las anguilas no abun-

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