Página:Recordacion Florida Tomo II.pdf/91

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
80 Biblioteca de los Americanistas.

delito, que hizo tropezar y caer en la red á todos sus comarcanos, y al valor español en desesperación de su quietud con la experiencia destas ligeras alteraciones, bien que nunca descaecido ni desmayado su natural valor; porque sabía Alvarado y sus capitanes que con lo que el contrario tomase arma el cobarde, y más sabiendo de Diego de Alvarado el motivo y causa del movimiento y sublevación que según el manuscrito era:

Que cuatro días antes que sobreviniese la alteración y alboroto de los Sacattepeques, había acaecido en aquel país un recio y grave terremoto (que fue sin duda el que refiere mi Castillo[1] les cogió, con lo demás del resto del ejército de Honduras en la cuesta del Río de las Cañas), que en lo estruendoso y confuso del ruido, lo sacudido de los estremecimiento de la tierra, que quedó abierta en rajaduras y grietas, y lo apretado y tupido de la oscuridad, procedida del polvo ocasionado del desplomo, estrago y ruina de algunos caducos y pobres edificios, que aumentando el horror y asombro de los habitadores, así los accidentes referidos como la vocería y el ver de las barrancas vecinas levantarse repetido y espeso polvo de los desplomos de sus paredones, hacía mayor el efecto del miedo; juzgando ser aquella la última y temerosa hora del mundo: y cuando prorrumpian los indios en descompasados y lamentables clamores al auxilio de sus malditos y infames Dioses, corriendo despavoridos de unas partes á otras, los nuestros invocaban confiados, aunque también confusos y temerosos, los dulces y soberanos nombres de Jesús y María; cuando, aun después de pausado el movimiento de la tierra, sin poder tomar reposo ni ocupar las habitaciones hasta el asomar la noche por la culpa de los montes.

En todo el siguiente día y en el término y cláusula de otros dos, andaban los indios como nombrados y temerosos, vagando confusamente á la manera que los pájaros aturdidos del no esperado tiro se asientan y levantan ins-

  1. Bernal Diaz, cap. CLXXXIX, folio 136 vuelto del original borrador