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del arco zigomático, formada por la parte zigomática del temporal, presente vestigios de apófisis ascendente opuesta á la anterior. El verdadero hueso zigomático (jugal) es re­lativamente poco desarrollado, pero el prolongamiento zigomático del temporal es, al contrario, de gran tamaño. El lacrimal es igualmente muy extendido. Los intermaxilares son muy cortos, sin el prolongamiento posterior que tienen en Equus, separados de los nasales por una gran distancia en la que se interponen los maxilares, siendo, además, muy de­primidos de arriba abajo. La cavidad glenoides es casi cir­cular, muy profunda y limitada atrás por un proceso descen­dente postglenoides bien acentuado. La fosa nasal posterior ocupa casi todo el ancho de la región interdentaria del pala­dar, pero poco extendida hacia adelante. La perforación pa­latina del intermaxilar es muy grande. La mandíbula infe­rior es de la misma forma general que en Macrauchenia y Scalabrinitherium, pero el borde inferior de la rama hori­zontal nunca es convexo, sinó mas ó menos cóncavo, ó casi recto, según las especies.

Esqueleto—Los huesos del esqueleto presentan una gran analogía con los de Macrauchenia. Las vértebras cervicales están construidas sobre el mismo tipo, con el canal vertebroarterial en la misma posicion. Los huesos largos de los miembros tambien se parecen á los correspondientes de Macrauchenia, con la diferencia de que Theosodon presenta el cúbito y radio, tibia y peroné, completamente separados en todo su largo y durante toda la vida. La construcción fundamental del carpo y del tarso es también la misma, pero el número de dedos es distinto. Theosodon tenía 5 dedos en cada pié, tanto adelante como atrás: de éstos, los tres internos eran grandes y casi completamente iguales en su disposi­cion y tamaño relativo á los correspondientes de Macrau­chenia, los externos (primero y quinto) eran pequeños, pero los materiales de que, por ahora dispongo, no me permiten determinar si esos dedos eran completos ó reducidos tan sólo á los metacarpianos y metatarsianos correspondientes; co­nócese, sin embargo, que el dedo interno (primero) era mas desarrollado que el externo. [1]


  1. El señor Mercerat, en la página que ha dedicado al exámen de los caracteres diagnósticos del género Theosodon (Rev. Mus. La Pl. t. II, p. 47, Agosto 1891) sólo