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lo demás, como lo haré notar en el § IX, las construcciones, tan variadas y tan dispersas, no permitirán por el primer tiempo ocuparse seriamente de los céspedes.


VIII.
LAS HORMIGAS.

Esta plaga lo es realmente para el Jardin. Hace un año tengo dos peones ocupados exclusivamente en la tarea de extirpar hormigueros y puedo felicitarme de un éxito relativo. Pero, con ciertas plantas, es inútil, y son precisamente las que más interés me ofrecen, las Coniferas, aquellas que atacan con más ahinco. No sólo las desnudan de hojas, sino que hasta las cortezas separan y transportan. Pero este trabajo es abrumador, porque nunca puede ser definitivo. Apenas se ha sacado el último hormiguero, y ya invaden el terreno las hormigas de la vecindad, en la cual, como falta la jurisdiccion, no se puede hacer nada.

No tengo estudios de derecho, pero creo que debe ser uno, y natural, el que tiene un individuo de obligar á su vecino á detener las cosas incómodas que salen de su propiedad.

—«Sí»—me decía en cierta ocasion un abogado—«hay hasta derecho de dar muerte á un animal peligroso. Nadie te impide matar todas las hormigas del vecino que entren en tu propiedad.» Esto parece mas humorítico que sério—mas recuerdo un caso que, hace años, me refirió un amigo. Dos individuos, personas del comercio, tenían inmediatas sus propiedades. Uno de ellos, en sus depósitos, guardaba trigo nuevo y sano, y el otro, en los suyos, viejo y picado. En la estacion propicia, los gorgojos de este último pasaron en gran cantidad al terreno del vecino, el cual protestó de la invasion, exigiendo del otro tomara medidas para evitar la existencia y propagacion de tales animalejos.—«Y qué quiere Vd. que le haga?». La discusion se inició, se agrió y hubo litis que pasó á juez competente. La sentencia fué salomónica.—«Señor»—dijo el juez al primero—«en virtud de este artículo x Vd. tiene derecho de matar todos los gorgojos que pasen á su propiedad.»

En Alemania del Norte y particularmente en Holanda (en tiempos pasados) considerando que los Topos perforaban los diques y provocaban inundaciones, se dictó pena de muerte contra todo