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Página:Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres (Tomo II. Entrega I, pp. 1-32).pdf/29

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cesario hacer mencion especial de ellas—porque salta á la vista que son insuficientes. La supresion de las provisorias es una necesidad, y la desaparicion de las jaulas de viaje, es una exigencia del público y del Jardin.

Todo es urgente, Señor, allí. Lo afirmo bajo mi responsabilidad, de la que me descargo, en parte, anunciando ahora, como lo he hecho otras veces, que no sería para mí una sorpresa el tener que andar á balazos con algunos animales, el día menos pensado.

No sé hacer presupuestos de obras, porque no soy arquitecto—lo único que sé, es que, si hemos de tener un Jardin Zoológico, hay que tenerlo como es debido. Y hay que tenerlo así, porque Buenos Ayres lo quiere, lo espera, y lo paga. El Oso blanco y el Elefante son amenazas inminentes, dentro de un porvenir más ó menos próximo.

Lo siento, lo reconozco, lo comunico—y cuando las circunstancias me colocan en condiciones de dar comienzo á las obras que pueden contenerlos, no falta una orden que tuerza el giro de mis proyectos—en vista de que mi direccion está expuesta á todas las variantes imaginables. Yo creo que cada Intendente y cada Concejo hacen bien—pero que la suma total de los actos de todos ellos juntos carece de esa armonía que, ante el público, se traduce por la sospecha de nulidad del Director del Jardin.—Cada uno es zeloso de su autoridad y de sus derechos, de donde resulta una modesta anarquía que no tiene mayores consecuencias, porque ninguna persona, medianamente justa é instruida, pensará que el Jardin Zoológico está dirigido por un asno,—y si hay asnos que lo piensan, esos se han escapado de corrales envejecidos.


X.
LAS COLECCIONES.

Durante el año que hoy termina, el Jardín Zoológico ha adquirido colecciones valiosísimas, no tanto, precisamente, por el costo de los ejemplares, cuanto por la gran cantidad de especies con que su cuadro se ha enriquecido, figurando muchas por vez primera en él. No haré mencion particular en este §, porque los cuadros adjuntos del Inventario lo expresan claramente, si se comparan con lo que se ha publicado en la Revista del Jardin Zoológico, en el número de Febrero 15 de 1893, exceptuando las Aves.