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Pero para que el Tigre llegue á atreverse á atropellar al Hombre, deben presentarse ciertas circumstancias especiales, pues, en tésis general, puede afirmarse que no lo ataca.

Asi, pues, la desnudez y el olor característico de los Indios, pueden llegar á decidirlo á atropellarlos; pero lo que más debe inducirle á atacarlo por vez primera son los cadáveres abandonados en el monte, ó las criaturas indefensas, principalmente las que aún no caminan, y gatean, cuyos movimientos más de una vez debe observar, confundiéndolos con los de algun animal, cuando se halla en asecho de las aves ó animales domésticos que los Indios suelen tener en sus ranchos.

Al hablar de los cadáveres, esto puede hacerse extensivo á los heridos, resultado, unos y otros, de las contínuas luchas que las tribus tienen entre sí; luchas cortas, principalmente entre individuos más ó menos aislados, que se encuentran á veces en el monte y que tratan de matarse de buenas á primeras, ganándose el tiron.

Los Indios me han referido muchos casos de criaturas arrebatadas por el Tigre, pero que casi siempre, á los gritos de las madres, han abandonado, lo que probaría que, al atreverse á hacerlo, lleva cierto temor consigo, reconociendo quizás en el Hombre un enemigo que hay que temer.

Este otro caso, que me fué referido, viene á corroborar la afirmacion anterior.

Hallándose unos Indios acampados en un punto al que habían llegado ese dia, dormían, segun su costumbre, al rededor de una gran fogata.

Una de las chinas sintió que la destapaban, y, entre dormida, no dió mayor importancia al hecho, sino que volvió á cubrirse, recogiendo la manta; otra vez, al rato, sucedió lo mismo, y, por fin, á la tercera, se despertó del todo, y, al quererse volver á cubrir, vió cerca de ella un gran Tigre, con un extremo del cobertor en una de las garras.

Sin perder su serenidad, la china dió un grito, y tomando de la hoguera un gran tizon encendido, le pegó en la cabeza.

Los Indios se levantaron y dieron muerte á la fiera, que rugía de dolor, con los ojos quemados.

¿No demuestra acaso este hecho que el Tigre no cebado no ataca fácilmente al Hombre?