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COMBATIENTE EMPEDERNIDO
Somos de pulpa y hueso, componentes bien frágiles,
y en atómico polvo al fin nos convertimos:
somos como los tigres, carnívoros y ágiles,
y nos vencen a ratos el amor y los mimos.
Y el hombre contra el hombre, su hermano, inventa medios
de destrucción: cañones, dinamita, fusiles...
con que pone a su vida y su riqueza asedios,
a rendirse obligándole en condiciones viles.
Los placeres olvida; lo que su ingenio un día
creó de grande y noble, destruye convulsivo
en sus horas frenéticas de fiebre y anarquía.
¡Y su carne resiste sangrando y no se abate
y hasta en el mismo campo —su odio siempre vivo—
le sorprenden los siglos en el mismo combate!
1916.