Página:Romancero selecto del Cid (1884).pdf/326

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
320
ROMANCERO DEL CID

porque honraste mi casa,
do Cardeña era nombrado.—
Cuando lo oyó el buen Cid,
gran placer había tomado:
saltó luégo de su cama,
de rodillas humillado,
para le besar los piés
al buen Apóstol honrado.
Dijo Sant Pedro á Rodrigo:
—Aqueso ya es excusado,
que á mí no podrás llegar,
no te trabajes en vano;
mas ten por cosa muy cierta
aquesto que te he contado.—
Esto dicho, el buen Apóstol
á los cielos se ha tornado;
Rodrigo quedó contento,
alegre con lo pasado,
dando á Dios crecidas gracias
por lo que le habia otorgado.