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XCVII
La que á nadie no perdona,
á reyes ni á ricos homes,
á mí, fincado en Valencia,
llegó á mi puerta y llamóme;
y fallándome dispuesto
á su voluntad conforme,
fago así mi testamento,
y mi voluntad al postre:
«Yo, Rodrigo de Vivar,
»llamado por otro nombre
»el bravo Cid Campeador
»de las morismas naciones,