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SESION DE 26 DE MARZO DE 1824

formarían una masa respetable capaz de imponer al enemigo i borrar la ilusión que se conserva por su caballería. Pero repito a US., señor Ministro, que esta operacion debe verificarse lo mas pronto posible, es decir, ántes que, por la entrada del verano en las sierras del Perú, se pongan los enemigos en aptitud de obrar activamente sobre la capital i provincias del Norte.

US. se servirá anunciar a S. E., el Director, que me hallo autorizado para darle todas las seguridades necesarias por parte del Libertador, sobre que las tropas chilenas serán tratadas con la consideración posible, que se les proporcionará subsistencia, se les repondrá el vestuario i equipo i que, en todo, serán atendidos mas que los cuerpos de Colombia.

La esposicion que me hizo US., con fecha 22 de Enero último, sobre los esforzados empeños de S. E., el Director, para organizar la división i hacerla regresar al Perú, luego que el Libertador anunciase el plan que adoptase, no me permite ni aun dudar que se realizarán los justos deseos de S. E ., porque, según me indicó US. entonces, este Supremo Gobierno está mui penetrado de las urjentes razones en que se fundan, i creería faltar a lo que debe a la América, al Perú i al mismo Chile, si no empeñase sus esfuerzos a este fin.

Dígnese US. admitir los sentimientos de mi consideración i aprecio. —Santiago i Febrero 24 de 1824. —Juan Salazar. —Señor Ministro de Relaciones Esteriores don Mariano de Egaña.


Núm. 283

Legación Peruana
 

Señor Ministro:

S. E., el Libertador, confiado en la remisión de los auxilios ofrecidos últimamente por Chile, ha formado su plan de operaciones contra el enemigo calculando sobre ellos; i seguramente vería malogrados sus inmensos afanes si, por algún inesperado acontecimiento, no regresase oportunamente la división que este Supremo Gobierno se comprometió a dirijir al Perú, luego que recibiese el primer aviso de S. E., el Libertador.

S. E., el Director, sabe con bastante anticipación que para lograr un suceso dichoso contra los españoles, es necesario abrir la campaña tan instantáneamente como termine el invierno en las sierras que ocupan; porque si se les da tiempo para que aglomeren sus masas en los puntos que van a servir de teatro a la guerra, los harán impenetrables a los nuestros cuando no les causen reveses que probablemente evitarán comprendiendo en el próximo cese de aquella esta ción. La salida de la escuadra española también es otro motivo poderoso para apresurar el regreso de la división; porque dentro de pocos dias se presentará en estos mares i nos privará por su superioridad de toda comunicación con el Perú.

Entonces no habrá modo de auxiliarle, i los enemigos, aprovechándose de tan tremendas circunstancias, recobrarán fuerzas bastantes para dominarle, i quizas para completar la esclavitud de Sud-América con los grandes recursos que sacaren de allí.

S. E., el Director, conocerá que no son estas las reflexiones que sujiere el noble ínteres que tomo por la defensa de mi país, sino verdades fundadas en datos incontestables que en breve se confirmarán, si se retarda la reunión de los auxilios ofrecidos a S. E., el Libertador.

La íntima persuacion que tengo de ellos me obliga a exijirde este Supremo Gobierno, a nombre de S. E ., que se me conteste terminantemente i con la brevedad posible, sobre cuáles son los medios de cooperacion con que contribuye este Estado para la defensa del Perú i el tiempo en que se realizarán.

Suplico a US. se digne elevar esta comunica cion al conocimiento supremo de S. E., el Director Delegado, para los fines consiguientes, i admitir las sinceras protestas de mi aprecio. —Santiago i Marzo 5 de 1824. —Juan Salazar. —Señor Ministro de Relaciones Esteriores don Mariano de Egaña.


Núm. 284

Luego que arribó a Coquimbo la espedicion chilena que obraba en el Perú, el Supremo Director espidió órdenes prontas i vigorosas para que se reorganizase en aquel mismo punto i se preparase para dirijirse al punto que S. E. le indicase. Al mismo tiempo fué que el Supremo Director escribid al Excmo. Señor Libertador, Simón Bolívar i al Gobierno del Perú, anunciándoles que esta espedicion volvería a aquellos, puntos, en conformidad, no solo de los deseos de S. E., sino también del terminante decreto del Congreso de Chile.

En tales circunstancias, las noticias de la conclusión de la guerra de la Península i de la cooperacion que el Gabinete francés podria querer prestar a la España en sus negocios domésticos, decidieron al Supremo Director a ocupar a Chiloé, punto interesantísimo de Chile i que los avisos recibidos de Europa designaban como próximo a ser ocupado con una espedicion francesa i española. US. es testigo de los males que en aquellos dias empezaron a causar los enemigos aliados en Chiloé i cómo infestaron nuestras costas de corsarios, interceptaron nuestro comercio, redujeron a la nada las entradas del Erario, i fomentaron una insurrección en la provincia de Concepción, amenazada de una invasión por Valdivia del jeneral Quintanila.

En tan apurados momentos, conoció el Supremo Director que no habia otro medio de salvación que ocupar inmediatamente a Chiloé. Las circunstancias de aquel Archipiélago son tales que, para sil ocupacion, no exijen la necesidad de