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SESION DE 14 DE SETIEMBRE DE 1835

creían justos, o porque no se rejían por tales o cuales principios; hoi es preciso que haya fuerza suficiente no solo para contener al enemigo estranjero, sino también para detener la audacia de los desorganizadores, que por desgracia abundan en los paises republicanos, particularmente cuando han acabado de salir de su infancia, i aun no han afianzado suficientemente sus instituciones.

Si puede ser perjudicial i peligroso un Ejército superior a las exijencias domésticas de un pueblo que no se halla inmediatamente amenazado, tampoco debe descuidarse ni descansar absolutamente en la rectitud de los demás, porque por desgracia son repetidos los ejemplos de agresion, así es que aun cuando disfrute hoi Chile de una tranquilidad al parecer imperturbable, no debe descuidar sus medios de defensa, a fin de evitar los enormes males que por su falta pueden sobrevenirle.

Los señores representantes deben recordar los fundamentos que espuso el Gobierno, no ha mucho tiempo, en el Mensaje que pasó con el fin de que se señalase el número de tres mil hombres, de que debía componerse el Ejército permanente; entre ellos fué el de necesitarse una fuerza respetable para contener las incursiones de los bárbaros i guarnecer con seguridad nuestras frontera; también se tuvo presente que había necesidad de bastante número de tropas para cubrir de algún modo las guarniciones, que deben existir en diferentes puntos de la República. Valdivia i Chiloé carecen de la suficiente fuerza para llenar sus guarniciones, i su distancia de los demás pueblos de la República deja mui descubiertas a estas dos interesantes provincias i mui espuestas a un asalto estranjero, particularmente de españoles, con quienes aun, por desgracia, no estamos en paz.

El Gobierno procurará mas adelante proveer de medios para la segura conservacion de estos puntos, los cuales, si fuere necesario, propondrá a las Cámaras para su aprobacion. Por ahora, baste decir que por los adjuntos estados números 2 i 3 se ve que en la plaza de Valdivia, cubierta la escasa guarnición de los puntos mas precisos, quedan libres solo dieziseis hombres i en Chiloé veintiséis, debiéndose notar que varios puestos están guardados por solo un hombre.

Por el estado número 4 se manifiesta el servicio que presta el Ejército en las guarniciones de la frontera, i el que debería ser, según la opinion del respetable Jeneral, a quien está encomendada la seguridad i defensa de ella. El mismo estado demuestra también que están desguarnecidas un gran número de plazas, porque las operaciones de la campaña con los indios hacen necesaria la concentracion de la fuerza.

En fin, sería molestar demasiado la atencion de los señores representantes acumular razones que 110 serán de mas peso que las espuestas, para probar que por ahora no debe disminuirse el Ejército; llegará el tiempo i no lo creo mui distante, de hacer cuando no una gran disminucion, una reforma en su planta i destino; las provincias del Norte, que en el antiguo réjimen se apoyaban en el poder militar del Perú, deben ser aseguradas hoi con nuestras propias fuerzas, puesto que estamos separados de aquella República.

Con este interesante objeto ha autorizado el Gobierno al intendente de Coquimbo, para que forme un presupuesto del costo de unas baterías que deben construirse en el puerto de la Serena, lo que aun no ha podido tener efecto por falta de un profesor hábil en esta clase de obras; pues, los tres injenieros que hai en la República están recargados de ocupaciones en esta capital, de la que no es posible separarlos. Lo mismo se ha pensado respecto del Huasco i Copiapó.

Dan guarnicion a aquella interesante provincia una compañía de Artillería i otra de Cazadores a caballo, tan recargada de trabajo como las de Valdivia i Chiloé, según aparece en los documentos números 5 i 6.

Al hacer mérito de que llegaría el tiempo oportuno de hacer una disminución en el Ejército, tuve presente la brillante milicia nacional que se está organizando en la República, cuyo número es de mas de treinta mil hombres de todas armas, según lo manifiestan los documentos desde el número 7 al 10. En esta milicia debe descansar la seguridad de la Nacion, en ella hallará nuestro pequeño pero valiente Ejército el apoyo mas firme, cuando un enemigo cualquiera intente invadir nuestros límites, i sin ella poco importaría un numeroso Ejército, desnudo i sin prést, sin moral ni disciplina, como indudablemente sería, si nos empeñásemos en sostener uno que no fuera proporcionado a nuestras fuerzas.

Como no es posible que en el mundo haya un establecimiento enteramente perfecto, ni dar en un momento a una obra toda la regularidad de que puede ser susceptible, la milicia cívica de Chile no está perfectamente arreglada i por esto no le faltan detractores. Algunos quieren que solo existan en algunos puntos mui notables de la República, tales como la frontera, esta capital i los puertos, en razón de que deben ser los que primeros sufran los ataques de un enemigo; pero, seguramente olvidan que esto obligaría a reducir la milicia a mui pequeño número, i que, despues de vencida u obligada a retirarse la colocada en los puntos dichos, se encontraría sin una reserva en el interior que le sirviese de apoyo. Olvidan también los infinitos objetos a que es destinada la milicia en los pueblos interiores, los cuales 110 podrían llenarse por las que estuviesen colocadas en la frontera o en las costas. A mas de esto, la milicia del interior ofrece mas ventajas, porque, estando los jornales del servicio casi al nivel del sueldo de la tropa, es