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SESION DE 14 DE SETIEMBRE DE 1835

momento que, por un principio de economía mal entendida, se les tratase de gravar mas de lo que están actualmente.

Por último, si estados poderosos, cuya independencia está garantida por el interes de todas las naciones, por la multitud de sus plazas fuertes, por sus numerosos ejércitos i excelentes jenerales, no descuidan esta instruccion, siendo así que con mas razon pudieran oponerles las objeciones referidas. ¿Chile sin aquellos elementos fundará su defensa en las aguas del mar i en las nieves de los Andes? Casi parecería inútil la refutacion de estos argumentos si no fuera preciso rectificar opiniones estraviadas de la mejor buena fé, i de dar cuenta a la Nacion de los fundamentos por que el Gobierno sustrae de las arcas fiscales alguna sumas, invirtiéndolas en objetos que cree de preferencia, tal como la milicia cívica que ya empieza a dar respetabilidad al pais. Debemos, pues, concluir que, en atencion a que la propia conservacion es la primera de todas las necesidades, que ofreciendo garantías al órden, el patriotismo i honoríficas cualidades de los jefes i oficiales de la milicia cívica, i en vista del brillante estado de disciplina i uniformidad en que se hallan una porcion de estos batallones, i en que luego se verá el resto de ellos; el Gobierno i el Congreso deben continuarle su decidida proteccion como el medio mas seguro de mantener un grueso Ejército, que sin exitar la mas remota mirada de recelo de los demás pueblos, nos den una idea grande de dignidad i de vigor, que nos llene de confianza i nos proporcione una tranquilidad estable que nos conduzca a un estado de grandeza i prosperidad.

Ha sido preciso decretar, tanto para esta capital como para otros muchos pueblos de la República, una guardia mas o ménos numerosa, según las circunstancias de cada uno, para atender la seguridad de las cárceles, cuarteles, armamentos, etc., cuya distribucion se manifiesta por el documento número 11; i de aquí es que aparecen mayores los gastos de la milicia, los cuales en realidad no corresponden a su institucion, i que es preciso hacer hasta que las rentas de las Municipalidades salgan del estado de nulidad en que se hallan, i puedan crear cuerpos de policía que presten los servicios que hoi, por falta de ellos, hace la guardia cívica.

Al concluir esta materia, no es posible dejar de hacer presente un mal que se ha dejado sentir de poco tiempo a esta parte, i que por sus fatales consecuencias es preciso tratar de cortar de raiz, si se quiere evitar la destruccion de la guardia cívica; tal es un espíritu de desaliento o falta de entusismo en la juventud para entrar a servir las plazas de oficiales en los batallones, por cuya causa no hai uno solo que tenga completo su número de oficiales por mas que haya sido el empeño de los jefes en solicitarlos, valiéndose de cuantos medios han creido oportunos. La infundada i tenaz resistencia que oponen algunos padres de familia a sus hijos; las escusas frivolas de los hombres que debieran ocupar estos destinos, están en oposicion con el patriotismo que decantan i con la decision que debe haber en todo chileno para conservar un órden regular, que será imposible conseguir ni mantener, si se abandona a otra clase de jentes sin ínteres i sin recursos i que no ofrecen garantías.

Si los chilenos considerasen bien que el modo de asegurar los goces de la inapreciable paz que hoi disfrutamos, consiste en tomar todos una parte activa en los asuntos de ínteres público, que cuando se trata de contribuir a la gloria i seguridad de la Patria deben posponerse todos los resentimientos i demás pasiones, no se atreverían sin duda a negarse a ocupar el lugar que se les designase en las filas de nuestros batallones.

Si se lograse destruir el mal indicado, ya por medio del convencimiento o por oportunas medidas lejislativas, tales como algunas que ya he visto preparadas por la comision marcial de los Diputados, habrá cesado el único estorbo que parece presentarse a la buena organizacion de la guardia cívica; mas, si por el contrario la eleccion de los oficiales cívicos ha de ser, como hasta aquí, motivo de quejas i resentimiento contra el jefe proponente, i un manantial de empeños i escusas, en una palabra, si se hace materia de oposicion, será consiguiente el desaliento, que es el elemento mas apropósito, no solo para no organizar jamas esta benéfica institucion, sino también para aniquilarla.

Los documentos desde el número 12 al 16, manifiestan los gastos que han hecho los batallones cívicos de esta capital; en ellos están incluidos no solo los costos de la plana mayor veterana, banda de tambores i de música desde la creacion de cada cuerpo, sino también las cantidades invertidas en los diarios de la tropa, que se ha empleado de guarnición en varias guardias de esta capital; gastos que, como he dicho ántes, no pertenecen a la institucion de la guardia cívica, i que hubieran sido excesivamente mayores, si las mencionadas guarniciones se hubieran llenado con tropa veterana.

Por el número 17 se ven las cantidades invertidas en vestuarios, útiles de mayoría, instrumentos i refaccion de cuarteles; i, repito que es preciso notar que, con estas pequeñas sumas, se mantienen en la capital tres mil ciento cincuenta i un individuos de tropa en tan buen estado de disciplina e instrucción que, en cualquier caso, con pocos dias de campaña o cuartel, podían hacer las fatigas i servicio de los veteranos.

En los presupuestos jenerales que se pasarán este año, se incluyen los de diversas plazas fuertes de Chiloé i Valdivia, cuyas prontas reparaciones evitarán el gasto de injentes sumas, que sería preciso hacer despues si se dejasen en abandono. Los presupuestos de la frontera i capital de Concepcion son ahora inútiles, pues que fueron formados para hacer reparos en algunas fortalezas,