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40 CÁMARA DE SENADORES

ámbas Cámaras inmediatamente que se recibió este oficio, fué mandado archivar.

Se presentó un memorial de doña María Suárez viuda de don José Marambio, teniente que fué del Resguardo de Valparaiso, en que solicita una pension; i pasó a la Comision de Hacienda.

Continuó la discusion por menor del proyecto de lei para que todo empleado que se separe del servicio por medio de transaccion celebrada, devuelva la cantidad percibida en caso de ser llamado a algun destine en la misma carrera.

Despues de algun debate habiéndose puesto de acuerdo la Sala sobre la sustancia de dicho proyecto de lei, se mandó que se presentase redactado para la sesión próxima en consonancia con lo que quedaba espuesto.

En este estado se levantó la presente sesion, anunciándose quedar en tabla el proyecto de lei últimamente indicado, el iniciado en la otra Cámara en que se autoriza al Presidente de la República para invertir la cantidad de $ 4,000 en gastos de educacion pública de la provincia de Concepcion, i el proyecto de lei tambien iniciado en la otra Cámara para que se le abone al coronel don Benjamin Viel el tiempo que estuyo dado de baja. —IRARRÁZAVAL.


ANEXOS

Núm. 38

El proyecto acordado por esa Cámara a consecuencia del mensaje de S. E. el Presidente de la República para que residan tropas del Ejercito permanente en el lugar de las sesiones del Congreso ha sido aprobado por la de Diputados en los mismos términos que V. E. se sirvió trascribirlo en su aprecible nota de hoi.

Devuelvo los antecedentes.

Dios guarde a V. E. —Santiago, Junio 30 de 1841. —José Joaquín Pérez Mascayano. —José Miguel Arístegui Aróstegui —A S.E. el Presidente de la Cámara de Senadores.

Núm. 39

Excmo. Señor:

María Suárez, viuda de don José Marambio, teniente que fué del Resguardo de Valparaiso, con el mayor respeto espongo: que por la muerte de mi marido he quedado reducida a un estado tal de indijencia que me veo obligada a ocurrir a la benignidad de la Representacion Nacional solicitando la pension a que me hagan acreedora los méritos de mi esposo, ya como simple ciudadano, ya como empleado público. Por los documentos que acompaño consta que desde el principio de la guerra de la independencia tomó en ella una parte activa en el Tejimiento númeio 2 de milicias disciplinadas, distinguiéndose particularmente en la accion de San Cárlos i en el paso de Albano, donde a pesar del fuego enemigo aseguró la toma de una culebrina i multitud de prisioneros. Con igual valor se portó en la campaña del año 1818 i en la memorable jornada del 5 de Abril, logrando en recompensa de sus servicios la medalla de honor concedida a los defensores de la patria i un testimonio público firmado por el Director Supremo. Sirvió despues en la Tesorería, i de allí pasó a desempeñar la Tesorería del Resguardo de Valparaiso en cuyo destino se mantuvo desde Mayo de 1823 hasta fines de 1840, es decir, cerca de dieziocho años incluyéndose en ellas el servicio que varias veces hizo de Comandante por enfermedad o suspension del propietario, alcanzando una de ellas hasta el término de siete meses i sin recibir por esto un aumento en sus sueldos. Los informes de los respectivos comandantes de aquella oficina don Tomas Reyes i don Agustin Vidaurre, que igualmente acompaño, manifiestan cuan justificada fué su conducta en ese espacio de tiempo, i en un manejo que mas que otro demanda una hombría de bien a toda prueba. Pudiera asi mismo agregar los de otros muchos individuos o el de todos los comerciantes o empleados que pudieron conocerlo; lo cierto es que en el año 1829 cuando se reformaron por el señor Ministro de Hacienda, don Francisco Ruiz Tagle, los empleos de aquellas oficinas se le conservaron sus destinos de guarda a mi esposo. Todo esto dá mérito suficiente para que vuestra honorabilidad mire con interes mi solicitud. Bien sé que mi marido como empleado civil no puede dejar montepío, pero tambien sé que la orfandad de las familias de los ciudadanos que han servido con honradez ha sido una razon poderosa que ha inclinado otras veces el ánimo de Vuestra Honorabilidad en su alivio i proteccion; i en esta parte, señor, me sobran motivos para implorar vuestra jenerosidad. Mi marido no ha dejado un centavo porque cercenaba de su escaso sueldo cuanto podia para satisfacer deudas en que por desgracias inevitables se vió empeñado desde la época en que fué comerciante; i dichas deudas no han alcanzado a cubrirse. Me acompañan tambien dos tiernas hijas que conmigo subsisten de la pension que en medio de sus escaseces nos tienen asignada mis yernos i que ciertamente es mui reducida. No quiero molestar mas la atencion de Vuestra Honorabilidad, me parece que basta lo espuesto para recibir de Vuestra Honorabilidad con el logro de mi solicitud en testimonio de vuestra paternal protección, de vuestra equidad i justicia, señor. —María Suárez.