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SESION EN 23 DE AGOSTO DE 1843

El de Venezuela, no solo ha admitido division del peso en centésimos, sino que ha introducido el dollar norte-americano i el franco francés para formar con ellos la moneda circulante.

La ventaja de este sistema es como lo hemos dicho, no solo para la facilidad de las transacciones comerciales, sino también i lo que es mas importante, para la pronta enseñanza de la aritmética en las escuelas primarias, es decir para la difusion de los conocimientos útiles en la masa jeneral de la nacion.


Núm. 280 [1]

La indicacion que se ha hecho en la Cámara de Diputados por el señor Cerda para que se piensa en remediar los males ocasionados por la interrupcion del comercio con las provincias trasandinas, merece la mas seria consideracion.

La existencia de estos males i su gravedad es incuestionable. A las revelaciones que ha hecho el señor Diputado sobre los ruinosos resultados que ha producido i produce esa incomunicacion en la provincia de Aconcagua, de los cuales tenemos tambiem pruebas completas, podemos agregar los que se han sentido en esta plaza. Hace tiempo que oimos lamentarse a nuestros comerciantes de la medida que suspendió el tráfico con la otra banda, i hoi es ya el clamor universal. Todos discurren sobre este asunto de la misma manera, las cuentas que tiran son bien claras, i no hai argumentos que puedan oscurecer los hechos. Si a esto se agrega que la incomunicacion comercial con las provincias arjentinas no ha producido, según lo asegura el señor Cerda, ninguna ventaja política i si es cierto que las vejaciones cometidas en las personas i bienes de ciudadanos chilenos, en vez de ser reparadas, continúan como ántes, ¡cuánta responsabilidad no se han echado encima para con la Nacion las pasadas cámaras i el actual gabinete sancionando semejante medida! Pero no; cuando se trata con un gobierno tan difícil de comprender como el de Rozas, i cuyas miras son tan diversas de las que animan a los demás gobiernos del mundo, no es estraño que una administracion de pasos inútiles i vea burladas sus mejores esperanzas. La responsabilidad, pues, que hoi vemos sobre el Ministerio no se refiere a lo pasado sino al porvenir.

Reconocemos que en este asunto debe ser mui circunspecta la prensa, i que sus clamores mas bien entorpecerán al gabinete, que darle un celo e ideas que no necesita. Pero como no somos órganos de gobierno, por una parte, i como, por otra, se aumentan nuestro interes i nuestros temores sobre lo que se hará en adelante al ver que se insiste con empeño en la necesidad de mandar una embajada a Buenos Aires, no podemos prescindir del todo de nuestras ideas sobre esta medida i vamos a decir cuatro palabras sobre ella.

En el estado actual en que se hallan las cosas, interrumpida la comunicacion oficial entre nuestro Gobierno, i el de Buenos Aires por voluntad esclusiva de éste, contestados con el silencio los reclamos que se le han hecho, i subsistente el estado de transicion, por no decir de otra cosa, en que yace todavía la República Arjentina, cualquier recurso que se adopte para mejorar la condicion de nuestro comercio, i volver a anudar los vínculos que nunca hemos deseado cortar, i que siempre nos unirán con los pueblos trasandinos, debe salir enteramente del seno del Gobierno. Téngase presente que el honor del pos está ya mui comprometido en estos negocios. Téngase presente que las circunstancias son delicada i que el tacto, i el tino del gabinete, i no los debates parlamentarios, son los resortes mas indicados para obrar en esta ocasion. Aconsejar al gobierno una embajada, es esponerse a toicer su camino sin bastante conocimiento de causa, i si hemos de juzgar por lo que se nos alcanza en este asunto, es aconsejar una medida la mas humillante a la nacion, i que no ha de dar mas frutos que vergüenzas.

Es bien conocido del público del modo como nosotros consideramos a Rozas. Es sabido que no miramos en él a un Presidente, mas o ménos legal, mas o ménos útil al pais que rije, sino como a un tirano estraordinario que escandaliza a la América, como un verdugo de su patria, i que no hará a la República Arjentina ni aquellos bienes siquiera que suelen dejar los gobiernos fuertes. Merced a la libertad de imprenta que hai en Chile, mas de una vez hemos manifestado estos sentimientos. Pero no se trata ahora de apreciar a Rozas, i a su administracion, sino de consultar los intereses de Chile. Trátase de tocar resortes pacíficos que eviten a ámbos paises una guerra desastrosa, i que vuelvan a anudar entre ellos los vínculos comerciales. En este asunto no hai saña ni animosidad alguna. Se invoca la razon, i se consulta solamente los intereses materiales de los pueblos. Por lo tanto, habíamos hoi tranquilos, i sin pasión alguna por la libertad, ni contra la tiranía. Pero no podemos olvidar el decoro i el honor de Chile, ni podemos ocultarnos a nosotros mismos que una legacion ex abrupto, i una reconciliacion buscada por hechos que comprometen formalmente a nuestro país, es un medio en estremo peligroso en las actuales circunstancias, i que puede lanzarnos en un camino que no hemos querido andar.

Si deseáramos que se hiciese la guerra, i si nos complaciéramos en vez de sangre, apoyaríamos al señor Cerda i pediríamos altamente una embajada a Buenos Aires, porque todo nos ira

  1. Este articulo ha sido tomarlo de El Mercurio de Valparaíso del 28 de Agosto de 1843, núm. 241. —(Nota del Recopilador.)