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SESION DE 1º DE JUNIO DE 1831

ha sido testigo el mundo, mejorará la suerte de nuestra especie, dejará trazada con caractéres indelebles la gran carta de los pueblos, i ejercerá una poderosa influencia sobre la consolidacion i prosperidad de las Repúblicas americanas.

La Francia, tan gloriosamente rejenerada, i la Gran Bretaña, cuya actual administración se compone de aquellos mismos distinguidos individuos, que han abogado constantemente por nuestra causa i la han creido identificada con los intereses del Imperio británico, desvanecerán, talvez, las infundadas preocupaciones de los gabinetes que nos han mirado con ceño. I no es improbable que la España misma adoptará consejos mas sanos, i accederá al fin a un acto de justicia, por el que la voz de la humanidad i la de su Ínteres propio le han instado tanto tiempo en vano.

Uno de los primeros actos del Príncipe ilustre, que ocupa el trono de los franceses, ha sido el reconocimiento formal de la independencia de Chile, como de las otras nuevas Repúblicas. El Gobierno francés ha manifestado, al mismo tiempo, el deseo de celebrar tratados que den a nuestras relaciones con la Francia, toda la estension i actividad posible sobre el principio de una reciprocidad perfecta. Presintiendo estas favorables disposiciones, el Ejecutivo chileno habia ya enviado un Ministro a presentar al nuevo Monarca las felicitaciones del Gobierno i pueblo de Chile, i a espresar iguales votos por nuestra parte.

El placer que esperimento al haceros esta comunicación seria completo, si se hubiese terminado ya, de un modo recíprocamente honroso, la discusión pendiente con el Cónsul jeneral de Francia, sobre la indemnización que la República le tiene ofrecida por los perjuicios que le causaron en el escandaloso atentado cometido contra la Casa consular, en Diciembre de 1829. Pero a lo menos queda al Ejecutivo la convicción de haber hecho cuanto le era posible, sin sacrificio del honor nacional. Tan seguro está de tener la justicia de su parte que, sobre las diferencias que aun subsisten, no dudaría remitirse al juicio del Gobierno francés mismo. No debo terminar este bosquejo de nuestras relaciones esteriores, sin haceros presente la necesidad de tratados con las Repúblicas, nuestras hermanas, i con las potencias marítimas. Estos tratados, interesantes bajo de iferentes aspectos, lo son particularmente para protejer las persona si propiedades de nuestros ciudadanos en los Estados vecinos, i para fijar puntos dudosos de derecho internacional, cuya indeterminación pudiera dar motivo a pretensiones disputables i controversias opuestas a la buena armonía que deseamos mantener con todas. En el departamento de Gobierno interior, 110 puedo menos de recomendar a vuestra mas atenta consideración el estado de los negocios eclesiásticos, para que, procediendo con la circunspección i madurez que es propia de su naturaleza i de vosotros, contribuyáis a que se restablezca en ellos el órden i fijéis nuestras relaciones con la Silla Apostólica, de manera que se provea a las necesidades de la Iglesia chilena, se protejan sus libertades i se mantengan o vindiquen las esenciales regalías de la potestad temporal.

Uno de los puntos en que el Ejecutivo ha tomado mas empeño, aunque hasta ahora con poco fruto, es la reforma de nuestro sistema judicial. Con esta mira pidió a la Corte de Apelaciones un proyecto de reglamento de justicia, que ha visto ya la luz pública. La frecuencia i la impunidad de delitos atroces que infestaban los campos i a la capital misma, le hizo ocurrir al Congreso de Plenipotenciarios, indicándole como providencia temporal, el establecimiento de comisiones fijas o ambulantes, autorizadas para la sumaria sustanciacion de las causas i la inmediata ejecución de las sentencias en esta especie de crímenes. El Congreso encargó a la Suprema Corte la formación del reglamento correspondiente, i sin duda, las ocupaciones de los Ministros que la componen i el temor de aventurar el acierto en materia tan grave, han hecho infructuosas hasta ahora las instancias del Ejecutivo.

A la policía nocturna de la capital, cuyos efectos tiene acreditados la esperiencia, se ha agregado una policía diurna análoga, que ha contribuido eficazmente a mantener la seguridad de sus habitantes i la decencia pública. Hemos visto disminuirse considerablemente los asesinatos i hurtos en la capital i suburbios; i la embriaguez ha tenido a lo ménos que ocultar a los ojos del público, un espectáculo de torpeza moral que era el oprobio de nuestra ínfima clase.

El cultivo de las letras í artes hace adelantamientos sensibles. Uno de los mas lisonjeros síntomas de la mejorada condicion del pueblo, es el número (que cada dia crece espontáneamente) de escuelas de particulares en que los niños pobres, de uno i otro sexo, reciben la primera instrucción. El Ejecutivo se ha ocupado i ocupa en los medios de fomentar i prolongar por nuestras provincias i campos, este jérmen precioso de civilización i moralidad. Le ha impuesto a los conventos de regulares la obligación de abrir escuelas de primeras letras, como condicion precisa para la devolución de sus bienes, de que se esceptuaron los que estaban afectos a establecimientos de enseñanza.

Se nombró, al mismo tiempo, una comision para formar un plan jeneral de estudios, un reglamento interior para el Instituto Nacional, i la revisión de un plan de escuelas públicas de instrucción primaria. Estos trabajos están ya terminados i se someterán a la inspección de las Cámaras.

El Gobierno creyó conveniente trasladar al Instituto Nacional las 42 becas que se habian asignado a un establecimiento particular por el Congreso Constituyente de 1828, i lo ejecutó así con prévia autorización de la Lejislatura provisoria, ahorrando a nuestro abrumado Erario la mitad de aquel estipendio.