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CONGRESO NACIONAL

blo ínfimo de tales países ni aun tiene parte en la miseria de ellos, es decir, en los baldíos de que abunda. El clero, príncipes, ciudades, grandes i algunos ciudadanos principales, se han hecho insensiblemente los propietarios de todo el territorio que está inculto; pero las familias arruinadas les dejaron sus pastos i nada tiene el trabajador. En semejante posicion convendría ejecutar en todo el ámbito del imperio lo que los romanos ejecutaban en una parte del suyo, practicar cuando hai escasez de habitantes lo que Roma practicaba cuando los habia con abundancia: distribuir tierras a cuantas familias carecen de todo, suministrándoles facultades para desmontarlas i labrarlas. Habria de hacerse este repartimiento a proporcion que hubiese hombres para recibirle, de suerte que no se malogre un instante de trabajo.»


Núm. 304

Hoi se ha repetido la órden a la Tesorería Jeneral para que, con la puntualidad posible, cubra los sueldos de la Secretaría del Congreso. Solo la absoluta escasez del Erario ha impedido que estos i otros empleados a quienes se deben algunos meses, sean pagados con la exactitud que se desea.

El Gobierno tiene la honra de noticiarlo al Congreso, en contestacion a su honorable oficio de ayer, i de ofrecerle sus respetos. —Santiago, Enero 21 de 1825. —Ramón Freire. D. J. Benavente. —Al Congreso Nacional.


Núm. 305

Ignoro los motivos que hayan ocasionado la falta de los ordenanzas destinados al servicio de la Secretaría del cargo de US., que, en su apreciable comunicacion, fecha de hoi, me anuncia, i he ordenado que diariamente, sin pretesto alguno, se presenten en la Casa de las Sesiones del Soberano Congreso para desempeñar sus obligaciones.

Ofrezco a US. los sentimientos de mi consideracion i aprecio. —Comandancia Jeneral de las Armas, Santiago, Enero 21 de 1825. Luis de la Cruz. —Señor Secretario del Soberano Congreso.


Núm. 306

Don Manuel Zañartu i don José Larrañaga, con el mayor respeto, ante el Congreso, esponemos: que, desde el 22 de Noviembre, fecha en que, todavía no tenia la Secretaría un amanuense, se nos llamó a ella en clase de escribientes, ofreciéndosenos una gratificacion que equivaliese a nuestro trabajo, miéntras el Congreso nos asignaba el sueldo i la Secretaría se proveía de mas oficiales. Así estuvimos solos desempeñando todos los trabajos de dicha Secretaría, hasta que el dia 8 de Diciembre se nos dedicó a escribientes de los taquígrafos, con la asignacion que tuviesen los demás oficiales. Ellos son testigos del mucho trabajo que tenemos diariamente.

En la propuesta que se hizo al Congreso de los oficiales se nos tuvo presentes, i se nos aprobó por toda la Sala; pero en el oficio que se pasó al Supremo Gobierno no se participó de estas plazas que se habian establecido, para que se tomase razon en la Tesorería Jeneral, así es que, por este motivo, no se nos reconoce como acreedores a la dotacion. En esta virtud, suplicamos al Congreso se digne oficiar al Ejecutivo para que ordene a la dicha Tesorería se tome razon i se nos abonen nuestros sueldos desde aquella fecha. —Manuel de Zañartu i Opazo. —José Larrañaga. —Al Congreso Nacional.


Núm. 307

Señor:

El procurador de doña Josefa Soiza, por el poder que presenta en forma, usando del privilejio de su declaracion de pobreza corriente en los autos, con don Gabriel Larrain, sobre el valor de su matrimonio, con mi mayor respeto, digo: que el recurso del contendor elevado a este Soberano Congreso es coetáneo a su instalacion, i hasta hoi no se ha relacionado con el informe de la Comision de Justicia, en grave perjuicio de mi parte.

Por tanto

Suplico a Vuestra Soberanía se digne tomar en consideracion el recurso indicado, señalando una reunion estraordinaria en que se vea.

Es gracia, etc. —José Cebrero.


Núm. 308

En la ciudad de Santiago de Chile, en dieziocho de Enero de mil ochocientos veinticinco, ante mí el escribano i testigos pareció en casa de su morada doña Josefa Soiza, a quien doi fe que conozco, i otorga por el presente, que da todo su poder cumplido bastante, el necesario en derecho, al procurador del número don José Cebrero; jeneralmente, para que siga por todos sus grados e instancias, las causas que tiene pendientes con don Gabriel Larrain, sobre el valor de su matrimonio i alimentos i para cuantas incidencias sobre el particular se ofreciesen, sin omitir la menor jestion i dilijencias que sean precisas hasta oir sentencias interlecutorias i definitivas, consintiendo las favorables i apelando de las contrarias para ante los jueces i tribunales que de ello conozcan, haciendo los recursos i súplicas que sean conducentes, a fin de conseguir favora