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CENTE FIDEL López, Íd. 29.) Los ladrones %uyeron despavoridos. Los soldados 1:20» alegres.
2] Los preceptos de esta concordancia, como puede verse en los tres últimos ejemplos, se cumplen tam- bién en los casos en que los adjetivos se refieren a los sustantivos, no directamente, sino mediante ver- bos (V. BASTIANINI, 4. 128, 2].), es decir en los ca-
sos que hacen de complementos predicativos. (V. 1.2 Parte, Cap. II)
3] Son frecuentes los casos en que un adjetivo depen- diente de un sustantivo, es a su vez modificado por un adverbio, palabra que, como sabemos, es invariable; tal sucede en: /a niña salió medio desnuda; quedaron medio muertos; la moza todO medrosica y ulborotada, etc.; y la forma antedicha es la corriente. Pero sucede tambiéu que en vez del adverbio se emplea el adjetivo correspondiente; el cual, en ese caso, concuerda regularmente con el sustantivo y da origen a expresiones como las siguientes: /a niña salió media desnuda; quedaron medios muertos; la moza... toda medrosica y alborotada, (CERVANTES, Q. lI, 16.)
Entendemos que el hecho tiene más extensión que le asignan Bello /G. $ 371 nota ***.) y García de Diego /G. 215 ): y nos parecen inadmisibles los reparos que le opone el primero.
a] No creemos que acierte G de Diego /G. 215.) al in- cluir en la citada clase, ejemplos como el siguiente: Lla- mándonos un día a todos tres (CERVANTES, Q. I, 39.) donde tres no es adjetivo sino sustantivo.
4] No hay porque añadir que cuanto se diga aquí de un adjetivo, se afirma igualmente de todos los que se refieren al sustantivo considerado, pues es corriente que varios de aquellos vocablos depen-
