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vedo al rey Felipe 1V, le dice: Esté VUESTRA MAJESTAD acautelada contra este género de amor. (O. I, 171.)
11] Con otros nombres de personas (criatura, per- sona, etc.) sólo es posible la silepsis cuando van se- parados «(los adjetivos) por una pausa o por otras palabras.» (G. DE DiEGO, G. $ 231.) Ejemplos:
Veís ESA REPUGNANTE CRIATURA, Chato, pelón, sin dientes, estevado ? (Moratín, Efpzgramas.)
Bien sea venido LA FLOR Y LA NATA de los Ca- balleros Andantes. (CERVANTES, OQ. Il, 31.) Serían hasta treinta y seis PERSONAS; todos gallardos y los más escopeteros turcos. (ÍD. II, 63.)
En el ejemplo citado en 7]: Zóan en el bugue se- senta personas: la mitad perecieron ahogadas, po- dría decirse ahogados, en virtud de lo que acabamos de exponer, y haciendo masculino el supuesto de personas.
12] La palabra mismo, cuando tiene el valor de precisa- mente, justamente, es adverbio; y por tal motivo en esos casos permanece invariable, aun después de un sustantivo feme- nino. Ejemplos: Esta noche mismo le hablaré = Esta noch. precisa- mente le hablaré. En España mismo = precisamente en España. Son confusas sobre este punto las explicaciones de Salvá (G. 108.), Bello (G. $ 851) y G. de Diego. (EG 214.)
13] Es muy notable que los sustantivos un y medio, se empleen en terminación masculina con nombres femeninos de ciudades, como puele verse en las oraciones siguientes: ¿Quién creyera que en un Segovia no se había de hallar una posada cómoda? En un Salamanca vaya Vd. a buscar un estudiante vestido de negro. Lo ha visto medio Valencia. Lo sabe medio Granada,
