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el verbo rebosar puede unirse a su complemento me- diante las preposiciones de o en (rebosar de gente o rebosar en gente un teatro), pero que, en cambio, el verbo ocuparse no puede tomar sino las preposicio- nes en o con, y no de, y que por lo tanto habrá que decir: oruparse en trabajar, ocuparse con un nego- cio, y no: ocuparse de trabajar, o de un negocio; de igual suerte recurrimos al régimen para saber en qué tiempo y modo debe ponerse el verbo que sirve de complemento a otro, como, por ejemplo, en deseo que vengas, y asimismo qué cambios experimenta dicho complemento, cuando varía el tiempo o el mo- do del verbo de que depende, de lo cual puede te- nerse una idea, cambiando en el anterior ejemplo las condiciones de verbo desear, cambio que origina in- mediatamente otro en el verbo ventr: desearía que vinieras o vinieses; etc. etc.
2] Siendo así, no comprendemos por qué algunos gramá- ticos, y entre ellos Cejador (G. 335, nota r.), niegan la exis- tencia del Regímen, y querrian desterrarlo de la Sintaxis; cuando en realidad la parte más ardua, interesante y útil de ella es precisamente la que abarcan sus dilatados tér- minos.
3] Seremos entendidos ahora, sin mayores expli- caciones, si expresamos que el Régimen es una depen- dencia y la Concordancia una armonza.
4] La palabra principal del Régimen se llama Palabra regente; la que de ella depende, palabra re- £ida; y aquella mediante la cual se establece la de- pendencia, y que puede faltar en muchos casos como
