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veces, como puede observarse en los ejemplos siguien- tes; que tomamos de un periódico: Los férminos en que estaba concebida esa carta dió motivo a varias pro- testas. Siempre hemos creído que ese país, cualquiera que fueran las ventajas a obtenerse, no se dejaría arrastrar. Estaba .en manos del general el poder reme- diar un estado de cosas semejantes.
Solecisino de esta clase es también decir, por ejemplo: el sartén por la sartén; la azucarera por el azucarero; griterío por gritería, y todos los análogos.
4] Más frecuente es el Solecismo de réegrnmen. En- tre otros casos, se incurre en él:
a] Cuando se emplea mal el medio de régimen, en cualquier forma, como, por ejemplo, en los siguien- tes casos: Desearíamos ingresar al Colega Nacional; tengo propósito de visitar París; se admite a pupilos: en el primero, el solecismo está en el uso de al por en; en el segundo falta, y en el tercero sobra la preposición a después de los verbos visitar y admitir, respectivamente. A esta misma clase pertenecen las agrupaciones incongruentes de partículas, como, por ejemplo, la siguiente: Voy a por mi sombrero, en vez de: Voy por mi sombrero.
Ya hemos indicado, en otros lugares de la pre- sente obra, cómo puede evitarse este solecismo.
5] Cuando el término regido no es el que debie- ra ser, como por ejemplo, en: Les vz, y al momento les conocí, donde en vez de les, corresponde usar la forma los, único plural acusativo masculino del pro- nombre de primera persona; o en: Juanito, es menes-