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asunto, es decir: No tengo en el mundo otro deseo sino hablar de ese asunto. b] Por elipsis exagerada. Ejemplos: Pues, habiéndole escrito, no me ha honrado
Como merece la que tú me has dado.
- (LorkE, La llave de la honra.)
ELENA Pues ¿tú tristezas COMagOS Tú, señor? LISARDO Que no lo estoy.
(Ío.)
En el primer ejemplo hay que suplir hoxra, des- pués de /a; y en el segundo, ¿riste después estoy.
Hallamos en un periódico: Podríamos alargar mu- cho estas líneas sí quisiéramos citar pequeña parte siquiera de los versos. dignos de serlo que hay en este libro: aquí, por elipsis del participio czfados después del verbo ser, parece aludirse a versos, dudosos.
A esta misma clase pertenecería hoy la elipsis tan usual y corriente en los clásicos, del adverbio no, en condiciones iguales o parecidas a las de los siguien- tes ejemplos, donde falta el citado adverbio en el sitio señalado con un paréntesis: hablando de los codiciosos dice Garcí-Ordóñez de Montalvo: Vo sola- mente () piensan de dejar lo tomado, mas con mucha tactlidad sosiegan, pensando cómo habrán lo que queda. De Calderón, en cambio, son los siguientes pasajes: