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i lucirian las estrellas? El universo no tendria razon de ser. Tu peticion es absurda i ridícula en demasía. Prendado de mi hermosura, el salobre océano me tomó por espoja; soi la reina del mar!

En valde el ave moribunda insistió y suplicó, revoloteando en torno de la inclemente, hasta que por fin agotadas ya sus fuerzas, se sumerjió en las olas. Hizo un supremo esfuerzo i salió del agua, pero sus alas mojadas se negaron a sostenerla i, tras una breve lucha para mantenerse a flote sobre las salobres i traidora ondas, se hundió en ellas para siempre.

Cuando hubo desaparecido, la gotita de agua dulce dijo grave i sentenciosamente:

—No tiene mas que su merecido. ¡Vaya con la pretension i petulancia de esa vagabunda bebedora de aire!

El sol, ascendiendo al cénit, derramaba sobre el mar la ardiente irradiacion de su hoguera eterna; i la descuidada gotita, que flotaba en la superficie perezosamente, se sintió de improviso abrasada de un calor terrible. I ántes de que pudiera evitarlo, se encontró transformada en un leve jiron de vapor que subia por el aire enrarecido hasta una altura inconmesurable. Allí una corriente de viento la arrastró por encima del océano a un punto donde, descendiendo, volvió a ver otra vez valles, colinas i montañas.

Sumerjida en una masa de vapores que con su blanco dosel cubría una dilatada campiña agostada por el calor, oyó como de la tierra subia un clamor