ciendo la gente que había en otros fuertes menores, en el río de Buquil, y otros puestos, bocas y brazos del mismo río, que sirvió de guarnecer mejor el fuerte, y armadas galeras y otras embarcaciones menores, para aprovecharse dellas, para el acometimiento de los enemigos que esperaban; que hạbiendo entrado gallardamente con todos sus navíos y gente, hasta el fuerte de los Españoles, los acometieron y asaltaron para entrarle con todo ánimo y diligencia. Los de dentro los resistieron animosamente; y los de fuera, que estaban en el río sobre las galeras, les ayudaron de manera, que unos y otros, con el artillería y arcabucería, y á veces llegando á lo estrecho con las espadas y campilanes, hicieron grande triza y estrago en Terrenates, y Buhahayenes, que les ayudaban, hiriendo y matando mucho número dellos, y tomándoles casi todas las caracoas, y embarcaciones que traían; que muy pocas salieron huyendo, y los Españoles las alcanzaron y quemaron, quedando con muchos prisioneros captivos, y despojos, y armas enemigas. Tras esto, con la mayor brevedad que pudieron, volvieron sobre poblazones y fuertes de los Buhahayenes, haciendo en ellos algunos buenos efectos, de tanta consideracion, que viéndose apretados, y sin quien los valiese, vinieron parlamentos y tratos de paz con don Juan Ronquillo; que tuvieron conclusion, con dar reconocimiento y obediencia; y asentar amistades con los Tampacanes sus antiguos enemigos, que para mayor firmeza dellas, las roboraron con un casamiento, del mayor principal y señor de Buhahayen con hija de otro de Tampacan, llamado Dogonlibor[1]; con que, quedó la guerra al
- ↑ Lord Stanley recuerda en este punto una princesa, llamada Daunlibor (hoja-ancha) mencionada en los anales malayos. Nosotros creemos que Dogon-libor no tiene relacion con aquel nombre, porque Dogô (n) podría tener significación distinta de la de Daun (tagalo Dahun-hoja), por ejemplo la de sangre ó linaje. Argensola, sin embargo, en la obra ya citada, habla de un Dinguilibot, tío de Monao, verdadero señor de Tampakan. Probablemente será el mismo de que habla nuestro autor.