Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/177

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tado, y informádome, y será Dios servido, sea yo el mensajero. Las cosas de Camboja están en buena disposición, y llegaríamos á muy buen tiempo, si nuestro Señor es servido, salgamos con bien de aquí. El rey envió un navío por fin de Agosto á esa ciudad, á pedir socorro, no sé si habrá llegado, ó si tornaria á arribar, que salió muy tarde. Blas Ruiz enviaba cincuenta picos de Camanguían, hale encomendado y dado el rey (segun nos dicen) nueve mil vasallos, y otros tantos á Belloso.

»Nosotros quedamos al presente, en la necesidad que dirá el señor don Juan Zamudio. Suplico á v. m. nos socorran, pues importa tanto; y á mi señora doña Juana, beso muchas veces las manos, y guarde nuestro señor á v. m. muchos años, con la prosperidad y descanso que sus servidores deseamos, del puerto del Pinal, helado de frio, á veinte y tres de Diciembre, de noventa y ocho años.

»Mi hermano si viniere antes que yo vuelva, suplico á v. m. pues es tan propio de v. m. hacer á todos bien (mayormente á los de aquella tierra) reciba él, la que v. m. siempre me ha hecho, Fernando de los Rios Coronel.»


Despues de salido don Juan de Zamudio del Pinal, donde quedó don Luis Dasmariñas con su junco, aguardando el socorro que de Manila esperaba, y había pedido, con don Juan y con el alferez Francisco Rodriguez, pareciéndole, que habían pasado algunos dias, y que tardaba la respuesta, y que allí padecía su gente necesidades y frios; quiso probar á salir con el junco á la mar, la vuelta de Manila, á que el tiempo no le dió lugar, ni el navío era suficiente con la gente que tenía, para atravesar; fuese entretenido cerca del puerto, donde los Portugueses de Macan le enviaron de nuevo muchos recaudos y requerimientos, para que