de Camboja, y subieron á la Corte, donde hallaron la galeota de la armada, y supieron no haber llegado los demas navíos della. Fueron bien recibidos del Rey, y alojados con Diego Belloso y Blas Ruiz, y Luis Ortiz y sus compañeros, fuéronse entreteniendo, sin dejar salir á Juan de Mendoza, de Camboja, con su navio, hasta saber de don Luis Dasmariñas, que algunos dias despues, entendieron de navíos de Chinos y por otras vías, que habia arribado á China con trabajo y necesidad, y que allí se quedaba aprestando para seguir su viaje, que aunque les pesó de este suceso, les quedó esperanza de que con brevedad sería en Camboja, con los dos navíos de su armada.
En este mismo tiempo, un mestizo hijo de Portugués y de Japona, que residía en el Japon, llamado Govea, con un junco que tenía en el puerto de Nangasaqui, juntó algunos compañeros mestizos y Japones y Portugueses, para salir por la costa de China, Champan, y Camboja, á sus aventuras, á rescatar, y principalmente á hacer presas, en lo que se le ofreciese en la mar. Embarcóse en él un Castellano, que había quedado en Nangasaqui, desde la pérdida del galeon San Felipe, que iba á la Nueva España el año de noventa y seis, llamado don Antonio Malaver, soldado de Italia, que de la Nueva España había pasado á las Filipinas, por capitan y sargento mayor de la gente de guerra, que el doctor Antonio de Morga llevó aquel año en la armada de la Nueva España, á Manila. Pareciéndole á don Antonio Malaver (que no había querido volver á Filipinas) que por aquella vía pasaría á la India y á España; y que en el camino le cabría alguna parte de las malas ganancias de aquel viaje, se embarcó con Govea y los de su compañía, y habiendo corrido la costa, y tenido alguna noticia de la entrada de Españoles en Camboja, persuadió á Govea, entrasen el río de Camboja, donde habían de hallar Españoles, y las cosas en punto, que podrían ser de efecto