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XII
PRÓLOGO.

llama la República de Venezuela, y aunque el dominio alemán se sostuvo solamente por pocos años, las crueldades alemanas no se distinguieron en nada de las cometidas por otras naciones, y justamente los historiadores alemanes condenan con la mayor dureza los crímenes de sus connacionales. Así en general las acusaciones de tus notas no son una novedad. Pero sin duda nos interesa mucho como se presenta á los descendientes de los maltratados, á las víctimas de la intolerancia europea el cuadro de aquellos días de descubrimientos y civilizaciones. Naturalmente he encontrado que has pintado desde otros puntos de vista que nosotros y que tú has descubierto cosas que se han escapado á la atención de los europeos, porque aún los más imparciales de nosotros no pudieron renunciar á todas las preocupaciones inveteradas de raza y naciones. Y estos nuevos puntos de vista dan á tus notas un valor no perecedero, un valor innegable aun para los que sueñan con una superioridad inaccesible de su raza ó nación. Con entusiasmo saludará tus eruditas anotaciones el sabio, con gratitud y respeto el político colonial. De aquellas líneas corre un mar de serias observaciones en igual modo interesantes y trascendentales para los historiadores y ministros de Ultramar.

La gran estimación de tus notas no me impide confesar que más de una vez he observado que participas del error de muchos historiadores modernos, que censuran los hechos de siglos pasados según conceptos que corresponden á las ideas contemporáneas. Esto no debe ser. El historiador debe no imputar á los hombres del siglo xvi el ancho horizonte de las ideas que conmueven al siglo xix. Lo segundo con que no estoy conforme, son algunos desahogos contra el catolicismo; creo que no en la religión, sino en el proceder duro y en los abusos de muchos sacerdotes deben buscarse el origen de muchos sucesos lamentables para la religión, para España y para el buen nombre de la raza europea.

Hasta ahora he hablado solamente de tus notas históricas; ya la lectura de ellas inspira mucho interés á todo hombre que se dedica al estudio científico ó político del régimen colonial, tanto de los españoles como de los demás europeos. Este interés se