los mismos navíos de los Ladrones, á que el general no dió lugar, pareciéndole se perdía tiempo, y se arriesgaba su navegacion. Sin licencia del general, se echó en uno de los navíos de los Ladrones, fray Juan Pobre, lego, que venía por prelado de los religiosos descalzos de San Francisco, que iban embarcados en aquella ocasion á Filipinas; lleváronlo á tierra (de la isla de Guan) los Indios, donde quedó con los Españoles que halló. El galeon Santo Tomas, sin mas detenerse, siguió su viaje, con mucho dolor y sentimiento que les quedó á los Españoles de tierra, por verse quedar entre aquellos bárbaros donde algunos despues murieron de enfermedades y otros trabajos; llegó el galeon á las Filipinas, en demanda del cabo del Espíritu Santo, y embarcadero de Capul en conjuncion de luna, con revolucion del tiempo, y la tierra tan cubierta de cerrazon, que hasta estar sobre ella con la nao, no se vió, ni los pilotos y marineros la conocieron, ni el paraje en que estaban, y corriendo á la parte de los Catenduanes, entró en una bahía, que llaman Catamban[1], veinte leguas del embocadero, donde se hallaron ensenados, y con tanta mar y viento por popa, que el galeon fué sobre unas peñas, cerca de tierra; donde aquella noche estuvo muy cerca de pederse con toda la gente. Luego que fué de día, salió el general con la chalupa á tierra, y hizo amarrar la nao en unas peñas, y porque el tiempo no mejoraba, y la nao cada hora estaba á riesgo mayor de perderse, y los cables con que estaba amarrada faltaban, determinó descargarla allí, con la priesa que pudo con la chalupa. Púsose luego en ejecucion, y sacóse toda la gente, y la plata y mucha de la ropa y hacienda, hasta que embarcaciones de la tierra, Españoles é Indios de aquella provincia, lo llevaron todo á Manila, ochenta leguas, parte por mar, y lo demas por tierra; dejando la nao (que era nueva y muy
- ↑ Puerto de Baras (?).