Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/226

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 180 —

con prevención de arcabuces, y armas, sin mugeres y niños, que los habían sacado de la isla, y pedido socorro á Mindanaos, Borneyes, y Terrenates que lo esperaban, por haber tenido noticia de la Armada que contra ellos se aparejaba en los Pintados. Antes que este socorro les llegase determinó Gallinato acercar su campo junto á la poblazon, y acometer el fuerte, habiéndose alojado á media legua, en un llano frontero de la subida. Envió con lenguas, algunos recaudos á el rey, y principales de la isla, para que se diesen, y lo harían bien con ellos, y entre tanto que le volvía la respuesta, fortificó en aquel sitio su alojamiento, atrincheándose por do lo había menester, y poniendo su artillería de manera que le pudiese servir; teniendo su gente lista, para lo que se ofreciese. Volvióse la respuesta, con palabras engañosas y fingidas, escusándose de los excesos que habían tenido, y de no hacer lo que les había pedido por entonces; dándole largas esperanzas, que lo harían mas adelante, todo á fin de entretenerle en aquel sitio (que es muy enfermo) hasta que entrasen las aguas, y se comiesen los bastimentos, y llegase el socorro que esperaban. Tras esta respuesta, pareciéndoles que con ella los Españoles estaban mas descuidados, bajó con mucha priesa del dicho fuerte (con arcabuces y otras armas enastadas, campilanes y carazas) un grande golpe de gente, que serían mas de mil hombres; y juntos embistieron y acometieron el alojamiento, y real de los Españoles. No pudo hacerse esto tan encubiertamente, que los Españoles no lo viesen, y tuviesen lugar (primero que llegasen) de ponerse á punto, para recibirlos, como lo hicieron, y habiéndolos dejado llegar, á todos juntos en tropa como venían, hasta dentro de los alojamientos y trincheas, y que hubiesen disparado su arcabucería, luego se les dió una carga, primero con el artillería, y despues con la arcabucería, que con muerte de muchos, los hizo volver huyendo á el fuerte. Los Españoles los fueron siguiendo, hiriendo