escusasen, sino tuviese buen suceso, con que había pedido ayuda y socorro al gobernador de las Filipinas, y que no se lo había dado, y no se entendiese, lo había dejado de hacer, porque trataba de la jornada. Consultó don Pedro de Acuña sobre ello á la audiencia, que fué de parecer, enviase á la armada portuguesa, para el tiempo que lo pedía, el dicho socorro, con ventajas de lo que se pedía; y tomada esta resolución, se puso en ejecucion, con mucho contento del Padre Andrea Pereira, y capitan Antonio Fogaza, que en fin del año de seiscientos y dos, salieron despachados de Filipinas, llevando en su compañía la nao Santa Potenciana, y tres fragatas grandes, con ciento y cincuenta soldados Españoles, bien armados, diez mil fanegas de arroz, mil y quinientas tinajas de vino de palma, doscientas vacas saladas, veinte pipas de sardina, conservas y medicinas, cincuenta quintales de pólvora, balas de artillería y de arcabucería, cuerdas y otras municiones, todo á cargo del capitan y sargento mayor, Juan Juarez Gallinato, que ya había venido de Joló, y estaba en Pintados, con órdenes é instrucciones de lo que había de hacer, que era llevar aquel socorro á Terrenate, á la armada de Portugal que allí hallaría[1]. Y estar á orden y obediencia del general della; donde hizo su viaje en quince días, y surgió en el puerto de Talangame, de la isla de Terrenate, dos legas de la fortaleza, donde halló á Andrea Furtado de Mendoza, surto con sus galeones, que aguardaba lo que de Ma-
- ↑ Ya sabemos los motivos que le movieron á D. Pedro de Acuña para ayudar así tan generosamente á Furtado de Mendoza. Sin embargo, no haciéndose la conquista para España, sino para Portugal, era impolítico y arriesgado emplear en aquella época las fuerzas en el exterior, cuando en el interior se tenía la piratería más atrevida que nunca, sacándolas precisamente de las Bisayas, que eran las más espuestas. — Además de lo que refiere Morga, se enviaron en esta expedición 300 mantas de Ilocos, 700 varas de lana de Castilla, 100 agujas de vela, 30 botijas de aceite, ascendiendo el gasto de toda la armada á 22,260 pesos mensuales (Argen. lib. 8.º) Esta expedición, que no tuvo éxito, duró más de seis meses, gastándose por consiguiente en vano 135.560 pesos.