viento al Nornordeste, con que la nao hizo vela, y fué costeando la tierra, con bastantes tiempos hasta diez y nueve del mes de Diciembre, que tomó el puerto de Acapulco, hallando en él las dos naves menores, que primero habían salido de Manila. De allí á tres días,entró en el mismo puerto de Acapulco el general don Lope de Ulloa, con la nao Jesus María, habiendo traido los mismos tiempos, que la nao Espíritu Santo; que desde que se apartaron, salidas del embocadero de Capul de las islas Filipinas, no se habian visto mas en todo el viaje.
El mismo año de seiscientos y tres, despachó el gobernador don Pedro de Acuña desde Manila al Japon, el navío Santiago, con rescates, y orden de que hiciese su navegacion al Quantó. para cumplir con el deseo y voluntad de Daifusama; en que fueron embarcados, para el dicho reyno (por tener nueva que ya habia muert For. Gerónimo de Jesus) cuatro religiosos. de los de mas importancia, que su orden tenía en Manila; que fueron Fr. Diego de Bermeo que había sido provincial, y Fr. Alonso de la Madre de Dios, y Fr. Luis Sotelo, y otro compañero.
Luego que los navios Jesus María y Espíritu Santo, salieron para la Nueva España, y el navio Santiago, con los religiosos para el Japon, quedó la materia que se había movido, con la venida de los Mandarines de China, dispuesta para hablar mas della, porque, con hallarse mas desocupados de otros negocios, todo fué recelarse de los Sangleyes, y de las sospechas que había de que habían de salir con alguna novedad de perjuicio; como el Arzobispo, y algunos religiosos lo certificaban, y daban á entender en público y en secreto. Había en esta sazon en Manila y en sus comarcas, cantidad de Chinas, dellos cristianos bautizados, en las poblazones de Baibai[1] y Minondoc, de la otra banda
- ↑ Las actuales poblaciones de San Nicolás, San Fernando, etc., comprendidas entre Binondo y el mar.