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Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/312

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otras piezas de hierro colado, con que defendían sus fuertes y poblazones, aunque la pólvora no tan refinada, como los Españoles la usan.

Sus navios y embarcaciones son de muchas maneras; porque en los ríos y esteros, dentro de la tierra, usan unas canoas de un palo, muy grandes, y de bancas, hechas de tablazon, armadas sobre quillas. Y de vireyes y barangayes, que son unos navíos sutiles y ligeros, bajos de bordo, clavados con cavilla de madera, tan sutiles por la popa como por la proa, en que caben muchos remeros por ambas bandas, que con bucceyes ó canaletes, y con gaones bogan por fuera del bordo, jostrando[1] la boga, al son de algunos, que van cantado en su lengua[2], cosas á propósito por do se entienden, para alargar ó apresurar la boga. Encima de los remeros, hay un bailio ó crujía, armada de cañas, sobre que anda la gente de pelea, sin embarazar la esquifazon de remeros; en que conforme á la capacidad del navío, va el número de la gente; y desde allí, se marea la vela, que es cuadrada y de lienzo, en una cabria, hecha de dos cañas gruesas, que sirve de arbol, y cuando el navío es grande, lleva tambien trinquete de la misma forma, y ambas cabrias, con sus encajes, para abatirlas sobre la crujía, cuando el viento es contrario, y sus timoneles en popa para gobernar. Lleva otra armazon de cañas, en la misma crujía; en la cual cuando hace sol ó llueve, se arma una tienda de unas esteras, tejidas de hojas de palmas, muy espesas y tupidas, que se llaman Cayanes[3], con que todo el navío

  1. Jostrar, v. a. ant. Mar. Unir, igualar la boga ó cualesquiera otros movimientos, mover á compás. (Dominguez.)
  2. «Unos cantares que tienen de memoria y repiten en sus navegaciónes al compás del remo, y en sus regocijos, fiestas, y mortuorios y aun en sus faenas cuando concurren muchos. En estos cantares cuentan las fabulosas genealogías y vanos hechos de sus dioses.» (Colin. lib. I. cap. XV). Es de lamentar que estos cantares no se hubiesen conservado; por ellos tal vez se hubiera podido saber mucho del pasado de los Filipinos y quizás de la historia de muchas islas adyacentes.
  3. En tagalo se llama Karang.