llaman bacocos, albures y lizas, bicudas y tanguingues, lenguados y plantanos[1], y taraquitos, agujas, dorados, anguilas, ostiones, almejas, percebes, cangrejos, camarones, arañas y centollas, y todo género de mariscos, sábalos, pescados blancos, y en el rio Tajo[2] de Cagayan (al tiempo) gran suma de bobos, que bajan á desovar á la barra, y en la laguna de Bonbon, se mata al tiempo muchos atunes, no tan grandes como los de España, pero de la misma hechura, carne y sabor. En la mar hay muchos pejes marinos, como son ballenas, tiburones, caellas, marajos bufeos, y otros no conocidos, de estraordinarias formas y grandeza. El año de quinientos y noventa y seis, con una tormenta grande que hubo en las Islas, en una costa de Luzón, hácia la provincia de Camarines, varó en tierra un peje, tan grande y disforme, que aunque era en mas tres brazas y media de fondo, no pudo volver á ponerse en flote, y allí pereció. Los Naturales decían, no haber visto semejante animal, ni otro de aquella forma; la cabeza era de estraña grandeza y ferocidad, y en la frente tenía dos cuernos, que le caían hacía el lomo, el uno dellos se trujo á Manila, que estaba cubierto con su pellejo ó cuero, sin pelo ni escama, y era blanco, de largor de veinte pies, y grueso al nacimiento, como el muslo, y iba adelgazando hasta la punta, en proporcion, algo corvo y no muy redondo, y á lo que parecía, todo macizo, que causó mucha admiracion á los que lo veían[3].
En la isla de Luzon, á cinco leguas de Manila, hay una laguna de agua dulce con mucho pescado, en que entran muchos ríos, y desagua á la mar, por el río que della sale y va á Manila, que se llama la laguna de