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Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/355

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Los naturales de las islas de Pintados, especialmente las mujeres, son muy viciosas y sensuales, y la malicia entre ellos ha inventado maneras torpes de juntarse las mujeres, y los varones, y han acostumbrado una, que desde muchachos, los varones hacen un agujero, con artificio en su miembro viril, por junto á la cabeza, y encajan en ella una cabezuela de serpiente, ó de metal ó marfil, y pásanle un pernete de lo mismo por el agujero, para que no se les salga, y con este artificio se juntan con la mujer, sin poderlo sacar despues del coito en mucho rato, de que se envician y deleitan de manera, que aunque vierten mucha sangre, y reciben otros daños, pasan por ellos; llámanse estos artificios, sagras, y hay muy pocas, porque, despues que se hacen cristianos, se anda con cuidado, para quitárselas, y no consentir que lo usen, que se ha remediado en la mayor parte.

Herbolarios y hechiceros ha habido comunmente entre estos Naturales; estos[1], no se castigaban ni prohibían entre ellos, entretanto que no causaban algún daño particular, que pocas veces se podía averiguar ni tratar dello.

Había tambien hombres, que tenían por oficio estuprar, y quitar la virginidad á las doncellas, y se las llevaban y pagaban, para que lo hiciesen, teniendo por estorbo é impedimento, cuando se casaban, que fuesen vírgenes[2].

    tres siglos, el Filipino sigue aborreciendo este crimen, y tan poco le ha contagiado, que para cometerlo tienen los Chinos y otros Extranjeros que valerse, ó de sus mismos paisanos, de las Indias que sean sus esposas ó de algunos miserables niños vagabundos.

  1. Los hechiceros. En tiempo de Morga se creía aún mucho en el poder de los hechiceros y la Inquisición los perseguía, considerándose por tales hasta los mismos Túkang ó domadores de serpientes, que aún hoy día abundan en Filipinas.
  2. Consecuencia directa de su modo de pensar acerca de materia. Si el baile se considerase como un pecado, y sólo se permitiese entre los esposos, los padres no pagarían maestros de baile para sus hijas, y los hombres se disputarían la joven que