tes al gobierno y conversion de ellas, hasta que murió, año de mil y quinientos y setenta y cuatro en Manila, donde está enterrado su cuerpo en el monasterio de San Agustín.
Muerto el Adelantado, se halló entre sus papeles un despacho cerrado de la Audiencia de Méjico, que gobernaba cuando la armada salió de la Nueva España, nombrando (en caso que el Adelantado faltase) sucesor al Gobierno, en virtud del cual, entró y fué obedecido Guido de Labazarris, Oficial real que era; el cual, con mucha prudencia, valor y maña, continuó la conversion y pacificacion de las islas, y las gobernó.
En su tiempo vino el corsario Limahon, de China, con setenta navíos gruesos de armada y mucha gente de guerra sobre Manila, y entró en la ciudad, y matando en su casa al Maese de campo Martin de Goití, con otros Españoles que se hallaban en ella, pasó al fuerte en que los Españoles se recogieron, siendo muy pocos, con fin de tomar la tierra y señorearse de ella. Los Españoles, con un socorro que les trajo de Vigan el capitán Ioan de Salzedo, de la gente que consigo tenía (que vió pasar á este corsario por la costa, vino con él á Manila) se defendieron tan valerosamente, que matándole mucha gente, le hicieron embarcar y salir huyendo de la bahía y meterse en el río de Pangasinan, á donde los Españoles le fueron á buscar[1] y le quemaron la armada, y le tuvieron cercado en tierra muchos días á este corsario, que en embarcacio-
- ↑ «Acompañábanles tambien mil y quinientos Indios amigos de las islas de Zebu, Bohol, Leyte y Panay, sin otros muchos Indios de servicio, para gastadores y para equipajes de los navíos…» Fué también Lacandola con sus hijos y parientes, además 200 Bisayas y otros muchos Indios que en Pangasinan se incorporaron. (Gaspar de San Agustín).
tro reales, cantidad de dos fanegas de arroz y una gallina, y esto cada año una vez; y que los que no tuviesen mantas diesen su valor en especie de otra cosa que fuese de propia cosecha en aquel pueblo, y donde no se cogiese arroz diesen dos reales, y medio real por la gallina conmutada en dinero.»