Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/78

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retiraron á la cama y luego murió; y lo mismo los criados, de picazos que por el escotillón les dieron: y sólo quedaron vivos en la galera, Iuan de Cuellar, secretario del gobernador, y el Padre Montilla[1], de la orden de San Francisco, que dormían en la cámara de en medio, que se estuvieron allí sin salir, y los Chinos no se atrevieron á entrar dentro, pensando había mas Españoles; hasta otro día que los sacaron, y despues los echaron en la costa de Ilocos, de la misma isla de Luzon, por que los dejasen los naturales della tomar agua en tierra, de que iban faltos.

Los Españoles, que estaban en otras embarcaciones, junto á la tierra, aunque vieron las luces y ruido que había en la galera, desde sus navíos, creyeron era alguna faena que en ella se hacía. Y cuando despues supieron, á cabo de rato, de los que se escaparon á nado, lo que pasaba, no pudieron remediarlo, y se estuvieron quedos, por estar la cosa perdida, y ser pocos, y no tener fuerza para ello[2]; y aguardaron á la mañana que cuando rayaba, vieron ya á la galera había hecho el bastardo, é iba navegando con el viento á popa, la vuelta de China, y no la pudieron seguir.

Hizo viaje la galera, como el viento le servía, por toda la costa de la isla, hasta salir de toda ella, habiendo hecho alguna agua en los Ilocos; y dejado al secretario, y al religioso allí: procuró atravesar á la China y no pudiendo tomarla, arribó al reyno de la Cochinchina, donde el rey de Tonquin les tomó lo

  1. Había también Indios, pues el P. Gaspar de S. Agustín dice página 464: «Echaron mano (los Chinos) de un Indio que llevaban cautivo; y atándole á una cruz, le abrieron el pecho, y le sacaron la asadura, y después de morder de ella con grandes visages, le arrojaron con la cruz al mar: y el Indio martirizado pasó á lograr el eterno premio de la gloria… dejaron en tierra al religioso y al secretario Cuellar con otros Indios cautivos…»
  2. Los Chinos no eran más que 250, pero los que iban en estos navíos eran personas particulares ó civiles; el grueso de la armada había sido enviado adelante.